LA MUERTE DE MARIANA.

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NEGOCIO REDONDO

Violencia, drogas y sexo.

El camino a la perdición.

CAPÍTULO 18

- ¡Ah! ¡Ay! ¡No! ¡Ay! ¡Ay! -

Abría la boca Mariana, trataba de asimilar el dolor, mientras Iván, le metió la punta de su vergota, una vez, que sintió la entrada, se la dejó ir toda, hasta dentro del fundillito.

Por lo hinchado, que ya estaba su garrote, sintió que el rico fundillito, apretaba más que la primera vez, ahora, sentía más delicioso.

- ¡Ay! No, no hijo de puta ¡Ya! ¡No! ¡Ay! ¡Ay! -
La mujer lloraba del dolor, en su pequeño fundillito, se lo desbarataba a cada empujón.

Iván, comenzó a bombear sintiendo rico el calorcito del fundillito, entraba y salía la gruesa vergota, con mucha fuerza, a cada metida, más se le hinchaba el garrote, se estaba excitando más y más, en el meneo le preguntaba:

- ¿Te gusta cómo te culeo cerda?
¿Te gusta perra infeliz? -

Enloquecido, le comenzó a dar de fuertes golpes con el puño en las costillas, en los riñones, se inclinó más sobre su espalda, y con fuerza, le soltó un puñetazo en la cabeza.

Mariana, sentía dolor en todas partes de su cuerpo, pero, ahora vió todo obscuro, cuando le golpeó la cabeza, veía la cabecera de la cama y la pared, en cámara lenta.

No pudo escuchar más, lo que este sádico le gritaba, aún sentía un intenso dolor en su fundillito, ya el grueso garrote, estaba a punto de escupir, le entraba y salía sin darle un poco de descanso, la tortura entre sus nalgas, la estaba enloqueciendo de dolor, moviendo ella con trabajos su cabeza, de derecha a izquierda.

-Me encanta tu pinche culo, pinche zorra, aprietas bien rico, puta infeliz. -

Sintiendo Iván, a punto de explotar toda su leche, se agarró más duro de la cadera, el grueso garrote entraba y salía, enfurecido en el fundillito, sentía como se le calentaba más y más la vergota, a cada metida, esas ricas nalgas le daban mucho placer.

-Perra maldita, que rica estas, ¡Maldita puta! ¡Maldita perra! -

Gritaba Iván, quien ya sentía la eyaculación en la punta de su vergota, su caliente orgasmo comenzó a recorrer su cuerpo, sintiendo un intenso calor y un escalofrió le empezó a recorrer su espina dorsal.

Con la mano derecha, agarró fuertemente el filoso cuchillo grande, su otra mano le acariciaba desesperado las nalgas, después de dos metidas más de su vergota en el delicioso fundillito, desesperado Iván gritó:

- ¡Ah! ¡Me vengo maldita cerda!
¡Mi cuchillo será parte de tu cuerpo! -

Después de gritar estas palabras, con fuerza descargó el cuchillo, clavándoselo en la espalda de Mariana, entraba y salía el cuchillo en el cuerpo, sacando sangre una y otra vez, salpicando la colcha de sangre llenando su propio cuerpo.

Estaba poseído por el caliente éxtasis, mientras descargaba sus calientes chorros de semen dentro del pequeño fundillito.

Le metió diez puñaladas en la espalda, cuando se estaba deslechando, Iván levantó los brazos en el aire, escurriéndole la sangre del cuchillo, llenándole la mano derecha y el ante brazo de rojo.

Mariana, trataba de aclarar su mente, del golpe en la cabeza, sentía un dolor agudo perforándole su fundillito, sentía como se le hinchaba el garrote adentro, abriéndole más su fundillito.

Sintió todos los chorros calientes de semen, bañarle por dentro, escuchaba unos gritos de Iván, que no distinguía, que era lo que decía, solo sintió un golpe seco entrar en su espalda, un agudo dolor penetro todo su cuerpo, seguido de otro dolor.

NEGOCIO REDONDO VIOLENCIA, DROGAS Y SEXO EL CAMINO A LA PERDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora