NEGOCIO REDONDO
Violencia, drogas y sexo.
El camino a la perdición.
CAPÍTULO 23
Mientras tanto, en el nuevo cuarto con Elsa, las dos muchachas la miraban con mucho miedo.
Sobre un buró, Elsa se inclinaba inhalando una larga y gruesa línea de cocaína, se enderezaba agarrándose la nariz, haciéndole llorar los ojos al
sentir el efecto.-Ssfih mmmm me... encanta Ssfih mmmm. Saben mis pequeñas muñecas, nos vamos a divertir mucho todas juntas, a mí me encanta coger y ser cogida, así nos divertimos las
mujeres, nos chuparemos el bizcochito mutuamente todas,
mis dos pendejitas. -Elsa caminó hacia donde estaba Elizabeth, con su mano la jaló fuerte del brazo, enseguida la dirigió hacia la cama en donde le daría su primera cogida.
Elizabeth muy triste volteó a ver a Olga, todavía tenían las manos esposadas a su espalda por seguridad de Elsa.
-Les explicó muñequitas, como ustedes todavía son virgencitas mis
hermanitas de Dios, quiero decirles cabroncitas, que cuando dos hermosas mujeres lesbianas, hacen el amor...empiezan por los labios a besarse, acariciarse los senos, lamerlas un poco, y después, nos mamamos la papayita mutuamente, metiéndonos la lengüita entre los labios vaginales.
Pero, para mí es mucho pinche ritual de alguien que no sabe amar entre mujeres. A mí me gusta que me laman toda mi panochita, que me hundan la lengua en mi culito, con eso me tienen muy contenta, pero...
Si tú me haces emputar pendeja.
¡Pinche zorrita! Te juro que te vas a arrepentir de haberme conocido, ahora, acuéstate en la cama, y abre bien tus piernitas para mí, te mamaré muy despacito todo tu bizcochito, a ver si te gusta mi lengua, como te lame entre tus piernas mi reina. -Después de decirle estas palabras, como si fuera un robot, Elizabeth se acostó muy obediente en la cama, solo movía los ojos, estaba muy asustada.
Elsa, se desnudó, tirando toda su ropa en la alfombra, enseguida, se hincó en la orilla de la cama, con sus dedos le abrió muy suavemente la panochita a Elizabeth.
Dándole una rica mamada en su papayita, le paseaba la lengua una y otra vez, pero, Elsa no escuchaba ni un gemido de su víctima. Así que dulcemente le preguntó:
- ¿Te gusta mi niña? ¿No sientes rica mi lengua en tu panochita? -
Solo había silencio en la habitación. Elizabeth miraba el techo, hasta que preguntó:
- ¿Qué es esto? ¿Qué es esta casa? ¿Qué está pasando? ¡Déjeme por favor! ¡Ya déjeme! -
-Tranquila mi niña, tranquila, solo coopera o te lastimaré, te lo advierto cabrona. -
- ¡La mataron! ¡Mataron a la mujer! ¡Déjeme ir pinche vieja loca! -
Gritó Elizabeth desesperada, volteando a mirar a su amiga Olga como pidiéndole ayuda, pero, Elsa, no respondió, solo volvió a poner sus labios para continuar mamándole toda su rica panochita.
Metiéndole muy despacio un dedo en su apretado fundillito, lengüeteándole todo su clítoris con mucha paciencia, quería calentarla, para cogérsela bien rico, le volvió a preguntar:
- ¿Así te gusta mi amor? O ¿Quieres dos deditos dentro de tu fundillito mi niña? -
Elizabeth desesperada, le pegó un fuerte rodillazo a Elsa en la cara, tirándola para atrás del fuerte golpe. Elizabeth enloquecida le gritó:
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NEGOCIO REDONDO VIOLENCIA, DROGAS Y SEXO EL CAMINO A LA PERDICIÓN.
General FictionCarlos Camacho es un narcotraficante, y a pesar de la fortuna que ya tiene en sus manos, no puede conseguir el amor de su amiga la maestra Elsa Prado Nava, quien trabaja dando clases para una iglesia bautista, pero, ella es una lesbiana amante total...