EL LLAMADO A EDGAR Y TERESA.

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NEGOCIO REDONDO

Violencia, drogas y sexo.

El camino a la perdición.

CAPÍTULO 35

Elsa le dijo a Carlos:
-La treinta y seis (Marcela) se quedó en el otro cuarto. ¿Verdad Carlos? -

-Sí, la pinche chaparra se portó muy bien hoy, se lo merece la cabroncita. -

-Deja a la cincuenta y uno, (Victoria) con la treinta y seis esta noche, ella hoy se lo ganó también, obedeció en todo lo que se le ordenó. -

-Está bien. Pancho vigila la puerta, y ellas sabrán, si quieren ser castigadas sin piedad. -

- ¿Lo oíste Victoria? Quédate con la número treinta y seis, que está en la otra habitación, solo es por esta noche, te lo ganaste mi reina y escúchame muy bien, nadie... nadie aparte de ustedes, lo ha logrado en esta casa, cabrona. -

-Gracias don Carlos y Elsa, la pasé muy bien con ustedes, no quiero más problemas, ni más castigos, obedeceré en todo lo que me manden. -

Después de escuchar sus palabras, Carlos, dio tres pasos acercándose a ella, miró a Victoria de arriba abajo, vio todos sus moretones en su cuerpo, entonces, le explicó:

-Escúchame bien cincuenta y uno, "tienes que ser fiel como los gitanos" y te ganarás mi confianza. Si no, te voy a chingar una vez más a palos cabrona. ¿Me oíste mi reina?

Conmigo no juegues si me eres fiel tendrás un buen y mejor trato en esta casa. -

-Si don Carlos me portaré bien se lo prometo, ya se lo demostré ahorita, ¿No? -

Carlos la miró, sin decirle más palabras, saliendo de la recámara los tres. Carlos, muy contento se dirigió a su oficina.

Elsa, caminó con Victoria a la siguiente habitación, en dónde cuidaba Pancho con su retrocarga en mano, enseguida, abrió la puerta, encontrando a Marcela, comiendo en una pequeña mesita, sorprendida volteó la joven, para saludarlas, al ver que se aproximaban a ella.

- ¡Hola Elsa! ¿Cómo estás? -

-Bien, estoy bien cabroncita. ¡Mira! Te traigo buena compañía para que no estés sola. -

-Tú eres la nueva... ¿Victoria? No puedo creerlo, eres tú la cincuenta y uno. -
Expresó Marcela, emocionada esbozándole una sonrisa a Victoria, enseguida le preguntó:

- ¿Te quedarás conmigo cincuenta y uno? O ¿Vienen a cogerme otra vez? -

-Ya cogimos chaparra, y bien rico que le abrí las nalgas a esta pinche putita golosa. -
Señaló Elsa sonriendo, tocándole con la mano derecha el cabello a Victoria, y con la mano izquierda, le acarició suavemente las nalgas, agregando:

-Pero... me quede con las ganas de mamarte tu pequeña papayita, mi hermosa treinta y seis. -

-Tengo bien adolorido todo mi fundillito, pero, si quieres cogerme, dame manita, lo que menos quiero en este momento es que me castigues, haré todo lo que sea, por no acerté a enojar, y terminar en el pinche cuarto de castigos... -

-No, ya es tarde mi treinta y seis, tengo que irme a mi casa, mañana tengo que ir a la iglesia bautista, para ver a la directora Esther, tengo que checar mis tiendas y...

Y... viéndolo bien... que chingados te explico mi puta vida, pinche chaparra de mierda, tú no eres más que un pinche número más en esta puta casa, eres... la pinche treinta y seis, y no tengo porque contarte mis planes, pinche pendeja. -

Marcela, se colocó la mano en la boca, pues reía de las cosas, que hacia decir a Elsa.

-Bueno ya me voy, si se portan mal las veré en el cuarto de castigos cabronas, no me importa cuán bien me mamen la panocha, la puerta estará bien cerrada, y Pancho las vigilara a fuera, hay de ustedes dos, si arruinan su nueva posición cabronas, tienen en este momento a su favor a Carlos.

NEGOCIO REDONDO VIOLENCIA, DROGAS Y SEXO EL CAMINO A LA PERDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora