Aguantando la respiración, todos se congregaron alrededor de Jazz para mirar la pantalla de su teléfono. El mensaje de auxilio de Paulo yacía allí, solitario. Jazz se apresuró a preguntarle dónde estaba, pero para entonces no quedaba rastro de la señal, y su intento quedó varado, acompañado de un indicador de error en rojo.
—¡Se conectó solo por un momento! —se lamentó Jazz, sin dejar de mirar la pantalla—. Empiezo a pensar que todo esto es culpa mía, siempre me pasan las cosas más ridículas y después van y me acusan de inventarlas para ganar likes. ¿Quién me va a creer este storytime? ¿Visité una casa embrujada y perdí a mi crush en el tiempo? ¡Sí, claro!
El dramatismo con el que Jazz habló tenía, a pesar de todo, un dejo cómico que hizo sonreír a Nicolo.
—No te preocupes, creo que soy yo, yo soy el problema —murmuró Nicolo—. Tengo la peor de las suertes.
Desde siempre, Nicolo atraía cosas oscuras. En realidad no era cuestión de mala suerte, sino una consecuencia de la habilidad que le complicaba la vida y la razón por la que una y otra vez terminaba solo.
Jazz hizo un mohín y rodeó los hombros de Nicolo con un brazo mientras negaba con la cabeza.
—¡No digas eso, seguro que soy yo!
—Bueno, bueno, no creo que nadie sea responsable —intervino Zarek, apoyando una mano sobre la cabeza de Nicolo—. Excepto, quizás, ella —agregó, mirando a Lupe—. Ella trabaja con este tipo de fenómenos y parece saber mucho del lugar.
El comentario oscureció el ambiente.
Por el tono de Zarek, a medio camino entre humorístico e inquisidor, era difícil discernir si aquello era una broma o una acusación real, pero Lupe apretó los puños y respondió, con voz grave:
—¿Estás diciendo que yo tengo que ver con lo que está pasando? Lo que sé es porque investigo y me tomo mi trabajo muy en serio —dijo, levantando su libreta para que todos pudieran verla—. Tú eres el Señor Misterio, ¿seguro que no sabías nada antes de venir? No sabemos nada de tu vida.
Zarek respiró hondo antes de responder:
—Porque no es importante en absoluto.
Ninguno de los dos levantó la voz al intercambiar las palabras, pero el aire entre ellos se volvió tan denso que a Nicolo se le cerró la garganta. A pesar de eso, tenía que admitir que el apodo de Señor Misterio era adecuado.
Siguiendo un impulso, Nicolo se paró en el medio y dijo:
—¿En serio vale la pena esta discusión? Estamos de acuerdo con que queremos salir, ¿o no? Eso es lo que importa.
La presencia de Nicolo dispersó un poco la tensión.
—Está bien, disculpa —dijo Zarek—. Es verdad. Sí, tenemos que enfocarnos en salir. La cosa es cómo.
Como si nada hubiera pasado, Lupe se ajustó las gafas y dijo:
—Si estamos en un lugar donde las energías de diferentes épocas están interfiriendo, tal vez hubo un momento de conexión con la época correcta, y fue allí que se pudo mandar el mensaje de Jazz.
—Entonces voy a seguir mandando mensajes —respondió Jazz—. Por las dudas. Puede que Paulo vuelva a responderme, y también le pedí a un amigo que mande a la policía a la casa, por si se llega a activar la conexión.
Dadas las circunstancias, Nicolo dudaba que eso hiciera la diferencia. De momento su mejor oportunidad era encontrar información del colgante, aunque una parte de sí seguía temiendo que su certeza no fuera más que la influencia de los espíritus que se habían metido en su mente.
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Juego de fantasmas (completa)
Paranormal(LGBT+) Un chico que ve fantasmas se une a un seductor tarotista para resolver un misterio paranormal que los pondrá en peligro. ¿Será el amor un obstáculo o una ayuda? Paranormal/romance. ═════════ Nicolo siempre ha visto fantasmas, aunque desearí...