Entre el atuendo de los años veinte de Jazz, el traje de dandy de Zarek —digno de algún amante perdido de Oscar Wilde—, y los finos vestidos largos de época de lady Sarah y Amatista, la médium, entrar en la sala de la sesión fue como viajar a través del tiempo. La iluminación con velas y la decoración antigua completaban la ilusión de haber retrocedido al pasado. Incluso Nicolo había accedido a vestirse con un chaleco vintage de Zarek, aunque este le quedaba un poco flojo.
—¿Está bien que haya espejos? —preguntó Jazz, frunciendo el ceño ante su propio reflejo, mientras entraban a la sala.
—No son peligrosos de por sí —respondió Amatista—. Aunque hay tradiciones que los ven como un peligro, otras los ven como una protección. Muchos objetos pueden ser peligrosos, si son mal usados, por supuesto, pero mi doctrina los considera un elemento neutral.
—En la corte de la reina Isabel I de Inglaterra había un espejo negro de adivinación —intervino Lupe, mientras ajustaba una cámara sobre un trípode—. Creen que se usaba también para comunicarse con el más allá. Era tomado de los aztecas y estaba hecho de obsidiana, porque ellos creían que ese material protegía contra los malos espíritus.
—Querrás decir robado de los aztecas, probablemente —acotó Zarek, y Nicolo le dio un codazo al ver a lady Sarah fruncir el ceño ante el comentario.
Lupe, por su parte, sonrió con discreción. Sus aparatos y su vestimenta deportiva eran las únicas huellas de modernidad en aquel recinto. Los teléfonos de todos los asistentes habían quedado afuera, apagados, para no causar interrupciones ni interferencias.
—Tal vez sí podemos remover los espejos, por más tranquilidad, ¿no? —sugirió lady Sarah.
Amatista accedió al pedido de buena gana, y los espejos fueron dados vuelta antes de que todos se sentaran a la mesa, en el centro de la cual había también velas, una bola de cristal y elementos para escribir sobre un cuaderno. La única que se quedaría de pie sería Lupe, quien traía el extraño aparato de antes, que emitía un suave ruido blanco. En un momento de expectante silencio, el sutil crepitar de la estática tomó tanta fuerza que a Nicolo le pareció sentir su vibrar bajo la piel.
Al notar la insistente mirada de Nicolo, Lupe explicó:
—Se dice que esto permite escuchar mensajes del más allá en tiempo real. Se le llama spirit box. La estuve probando en distintas partes de la casa más temprano y en algún momento estuve cerca de escuchar algo, pero se complicó porque esa Lisbeth anduvo pisándome los talones... Les juro que parecía que estuviera siguiéndome y arruinándolo todo a propósito.
—Quizás le gustas y buscaba una excusa para acercarse —propuso Zarek, guiñando el ojo.
—En cierto momento hasta pareció intrigada por los aparatos, pero me dio miedo de que estuviera esperando que bajara la guardia para matarme.
—Si lo hace —sugirió Jazz—, usaremos ese aparato para contactarte y resolver el crimen.
Nicolo rio para sus adentros, agradeciendo la manera en que el intercambio aligeró la tensión del ambiente mientras cada cual se acomodaba en su lugar. Él se sentó entre Jazz y Zarek, cuya energía lo tranquilizaba, el primero con su entusiasmo burbujeante y el segundo con la impasibilidad de quien no termina de creer. Había un dejo de suspicacia en la forma en que examinaba a Amatista y apretaba los labios, como si estuviera conteniéndose para no volver a hacer un comentario mordaz.
Lady Sarah aseguró que Paulo vigilaría que su sobrina se mantuviera lejos del ala donde se encontraban, y Amatista asintió con solemnidad.
—Estamos reunidos para comunicarnos con los espíritus vinculados a esta casa —dijo Amatista—. Cada persona aquí presente tiene una habilidad especial, los animo a prestar atención a lo que sientan y vean durante la sesión. —Su mirada fue hacia Nicolo—. Me contaron de tu sueño.
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Juego de fantasmas (completa)
Paranormal(LGBT+) Un chico que ve fantasmas se une a un seductor tarotista para resolver un misterio paranormal que los pondrá en peligro. ¿Será el amor un obstáculo o una ayuda? Paranormal/romance. ═════════ Nicolo siempre ha visto fantasmas, aunque desearí...