Capítulo 7: El doble engaño

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Adele

Definitivamente había algo fuera de lugar con Angelique, desde que me desperté y la vi con la mirada perdida, pensé que algo había pasado, pero ella se negó a compartir información.

Regresó a su habitación y se integró nuevamente a las actividades que se supone debía de tener como candidata.

Por mi parte entrené durante la tarde y corrí alrededor del palacio hasta que quedé agotada. No me preocupaba realmente por la seguridad de Angelique porque sabía que ella se cuidaba sola, yo estaba para ser sus ojos libres en el terreno en realidad.

Al regresar de mi actividad me di un baño y me vestí con el uniforme de la seguridad del palacio, planeaba dar una ronda antes de ir a visitar a Angelique. Las luces estaban encendidas por los pasillos. Después de todo, ya había terminado el atardecer y la noche parecía más oscura que antes.

Salí por una de las puertas anexas, pero no alcancé a ver qué fue lo que me atacó antes de que mis labios fueran tapados y mi cuerpo sujeto, a mi espalda sentí un pecho amplio mientras escuchaba el suave clic de la puerta cerrándose.

- No grites.- Escuché una voz en mi oído que sabía exactamente a quién pertenecía. Me giré para ver a Edward. ¿Cómo es que siempre entraba y salía con tanta facilidad de un lugar tan fuertemente resguardado?

- Señor, ¿Qué hace aquí? - Pregunté manteniendo mi fachada de ser su subordinada, a pesar de que mis ojos se estaban bebiendo su apariencia con ansias.

- Necesito tu ayuda, ¿Podrías aceptar un encargo extra? - Preguntó y asentí varias veces. No podría negarme nunca. Él sonrió.

- Necesito que me cubras la espalda, es todo.- Me pasó un auricular.- Ven conmigo.

Lo seguí fuera del territorio del palacio, hasta donde había escondido su motocicleta. Me pasó uno de los cascos y levanté mi ceja.

- ¿Sabías que accedería? - Cuestioné y él asintió.

- Mi mejor compañera nunca me dejaría abajo.- Se subió encendiendo el motor. Afortunadamente no vio como mi humor se esfumó al ser llamada su "mejor compañera", porque eso era lo único que sería para él. Me subí y me sujeté fuerte de su cintura. La noche era profunda pero después de llevar un tiempo en el camino las luces de la ciudad no se hicieron esperar iluminando la noche.

Me intrigaba de que se trataba y mi curiosidad sólo aumentó cuando estacionó en un club nocturno y me pasó un cambio de ropa de un compartimiento oculto cerca de los baños de mujeres, era el uniforme de nuestra agencia. Sin preguntas la tomé y me vestí en el baño quitándome el de palacio, una vez acabé él le pasó el paquete con nuestra ropa junto con los cascos a un agente que reconocí y me puso un arma 9 mm en las manos.

- En este momento eres mi protección, ¿Entiendes? - Preguntó y yo asentí todavía algo confundida. Mirando de cerca su atuendo hoy llevaba un traje negro formal, su cabello acomodado sin salir de su lugar y sus zapatos impecables. Edward me pasó lentillas color oscuro y luego un pedazo de tela para cubrir parte de mi rostro, me lo puse todo y luego lo seguí en el papel de guardaespaldas que me había encomendado.

La música era alta, los cuerpos se movían restregandose unos a otros y varios olores se entremezclaban en el aire como el tabaco, almizcle y algo dulce que hacía que mi nariz pícara ligeramente. Seguí al menos dos pasos atrás a Edward quien parecía conocer el lugar, subió hasta la zona privada donde cambió por completo la atmósfera y ahora sí podía decir claramente que se trataba de lujuria pura, desde las mujeres bailando sensualmente a la música, hasta parejas intercambiando saliva y controlé mis expresiones faciales aunque estaba muy sorprendida después de ver a una mujer llevar a un hombre con correa. Todavía nuestros pasos fueron más allá hacía un lugar que tenía la misma música pero mucho más baja y casi me detengo en seco cuando veo que en uno de los sillones de cuero negro estaba el príncipe heredero con una copa en la mano y una mirada tan oscura que no podía juntarlo con el mismo que se había presentado con amabilidad la noche anterior.

Misión: Proteger al príncipe, Contratiempos: Enamorarse. (I libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora