Capítulo final: Intentémoslo de nuevo.

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Me incliné y me arrodillé para sostener a mi hijo por su pecho.

- Amor, es de mala educación morder a los invitados.- Le dije.- ¿Qué te parece si lo sueltas? -Aren liberó el agarré de sus dientes del cuerpo de Klaus y pasó a echar sus brazos alrededor de mi cuello para que lo levantara. Sonreí haciéndolo, sosteniendo su pequeño cuerpo cerca de mi.

- ¿Por qué lo mordiste? - Le pregunté.

- Porque te estaba haciendo llorar.- Miró a Klaus con enojo y este parecía bastante divertido por la situación.

- No me hizo llorar él.- Le mentí a Aren.- Solo me consolaba.

- ¿Cómo cuándo lo hace el tío Michael? - Preguntó ocasionando que Klaus frunciera el ceño. Me reí nerviosa porque estaba comenzando un malentendido aquí.

- No, es un poco diferente.- Le dije a mi pequeño rubio.

- Pero cuando lloras, él tío Michael también te hace así.- Me rodeó con sus brazos haciendo un simulacro de un abrazo, solo empeorándolo todo porque Klaus parecía cada vez más molesto. Por favor no me ayudes más, Aren. Lo suplico, pero parecía haber pedido por lo contrario porque a mi hijo de repente le afloraron las ideas.- O así.- Me usó para impulsarse hacía arriba y darme un beso en la frente, pero Michael no hacía eso, no sabía porque Aren estaba mintiendo tan descaradamente frente a Klaus.

- Aren...- Comencé a advertir, pero me salió más nervioso y sin autoridad, por lo que el pequeño continuó abrazándome y le hizo una mueca a Klaus.

- Mi mami está esperando a mi papá.- Le dijo antes de señalar la puerta.- Usted, adiós.

- ¡Aren! - Bajé su mano, sintiéndome avergonzada.- ¿Cuándo te he enseñado a ser tan grosero o a mentir? - La mejillas de mi pequeño se pusieron rojas, pero no pensaba ser suave y perdonar su comportamiento.- Discúlpate y di la verdad.

- Es la verdad.- Se cruzó de brazos desvió la mirada a la defensiva. Abrí mis labios, mortificada cuando Klaus se inclinó a su altura y comenzó a hablarle.

- Proteges mucho a tu mamá, ¿No es así? - Cuestionó y Aren asintió.- Eso es bueno, pero yo no soy un intruso.

- Lo eres.- Él dijo y Klaus sonrió con amabilidad hacía él.

- Tu mamá no puede casarse con nadie.- Klaus dijo, ocasionando que Aren lo mirara de mala manera.

- ¿Por qué no?

- Porque está casada conmigo.- Klaus respondió.- Se casó conmigo antes de que tú nacieras.

- ¿Entonces sabes quién es mi papá? - Él se inclinó hacía Klaus, interesado.- Mi mami dice que papá es un hombre muy ocupado que está cuidando de muchas personas.

- Él es tu padre.- Susurré hacía Aren viendo como toda su fachada de chico malo se desvanecía y miraba con esperanza a Klaus con un brillo de emoción en los ojos antes de que se escondiera en mi cuello, apenado. Klaus parecía tener ganas de reírse de nuestro hijo, pero se las guardó para sí mismo y yo me incliné hacía él.- Tengo que preparar la cena, ¿Qué te parece si pasan tiempo juntos para conocerse? - Aren asintió a regañadientes y yo lo pasé a los brazos de Klaus antes de darme la vuelta para comenzar a preparar la sopa escuchándolos marchar a la habitación de Aren.

Corté los vegetales después de lavarlos, luego los añadí a la sopa, la condimenté y esperé que estuviera lista mientras me entretenía observando las noticias. Finalmente, cuando terminé me acerqué a la habitación de Aren, de donde podía escuchar algunas voces ahogadas que pertenecían a los dos rubios y se volvieron nítidas solo hasta que me recargue en el marco de la puerta. Así, viendo dentro de la habitación de Aren en el que predominaba el azul y el blanco con aviones colgados del techo que le gustaban mucho ya que la colcha era de la misma temática y sus juguetes también, pero lo que más me llamó fue la discusión que sostenían en el centro del cuarto, sentados en la alfombra de color mixto.

Misión: Proteger al príncipe, Contratiempos: Enamorarse. (I libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora