Capítulo 14: Mal entendido

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A raíz de lo que sucedió el príncipe heredero se había mantenido tan ocupado que en los siguientes días no recibí ningún mensaje de él. Adele fue removida de mi "cuidado" para suplir las funciones de Anne. ¿Por qué y cómo sucedió eso? Mi hermano no me dió más explicaciones. Sabía que algo extraño estaba ocurriendo porque ella estaba siendo esquiva en cada pregunta que le hacía, pero no tenía tiempo para averiguarlo.

Pasaba las mañanas entrenando y asistiendo a este absurdo sin sentido para en las noches ser parte de la seguridad del príncipe. Carsten me había permitido tres días a la semana hacer guardia fuera de su estudio.

Dormía un aproximado de dos horas por día y recién hoy lo pude ver en mis ojeras preparándome para el desayuno de esta mañana. Apliqué corrector pero aún así se veía mi piel oscura, el cansancio ya no era tan fácil de disimular.

Le di un toque al espejo como si cambiara de imagen solo porque no me agradaba, pero permaneció igual.  Tenía mucho sueño pero ahora que tenía el peligro encima no podía permitirme bajar la guardia.

Repasé una vez más los reportes de las noches anteriores, todo parecía aparentemente normal. Salí alistándome el vestido de seda color perla con tacones dorados y pasé a través de los pasillos con la mirada centrada en mi reloj, ajustando mis alarmas para cumplir con cada pendiente del día de hoy.

Sentí algo en mi cabeza y me detuve. Me giré para encontrarme a Jansper, él retrocedió mostrándome lo que había colocado momentos antes en mi coronilla: una bebida energética.

- Ten. Michael dijo que ayer te vio dormitar de pie.- Dijo.

- ¿Fue Michael? - Sonreí alegre de que se preocupara por mi.

- ¿Sabes? Yo le di camino hasta aquí.- Se inclinó.- Merezco parte del crédito.

- Por supuesto.- Sonreí.- Gracias, Jansper.

Él puso una mano en mi cabeza.

- Estás sobre exigiéndote, Jans considera que deberías descansar está noche...

- No sabía que mis guardias podían interactuar tan libremente, tanto que podían tocar a las participantes.

Jansper y yo nos paralizamos ante la voz del príncipe. Nos giramos como en cámara lenta hacía él y ahí estaba Klaus con expresión seria, los brazos cruzados, el cabello rubio peinado hacía atrás y parecía estar preparado para asistir al desayuno del día de hoy. Se veía muy guapo con los colores en grises claros y una cadena que apuntaba hacia la vista de un reloj de bolsillo en dorado.

Jansper fue el primero en inclinarse haciéndome reaccionar e hice lo mismo, de inmediato puse a trabajar a mi cerebro para buscar una excusa plausible.

- Me sentía mal, su alteza. Así que le pedí al caballero que me trajera una bebida, pido disculpas si mis acciones fueron cuestionables.- Dije.

- ¿Y por qué la tocaba, señorita Collins? - Klaus preguntó dando un paso hacia mi dirección.

- Tuve un mareo y el guardia se preocupó.- Dije con voz segura, pero me sentía ansiosa porque no creyera en mi mentira.

- Un mareo...- Él príncipe sonrió.- Que salud tan delicada la suya, señorita Collins.- Mencionó antes de marcharse sin más. Jansper y yo nos inclinamos de nuevo a forma de despedida, escuché el suspiro largo de Jansper a mi lado, me incorporé dándole un ligero empujón.

- Me debes una.- Le dije. Me había dado cuenta de que él no habría podido decir nada aunque quisiera.

- Me da la sensación de que no te creyó.- Él dijo, frunciendo el ceño.- Ten cuidado.

Misión: Proteger al príncipe, Contratiempos: Enamorarse. (I libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora