Capítulo 5: Un día a la vez

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Adele apareció cerca del anochecer, entró cuando estaba a punto de desvestirme nuevamente para acostarme. La cena de esta noche se canceló por la mala salud de la reina y a las participantes de este teatro se nos ofreció la posibilidad de cenar en nuestras habitaciones. Yo no la desaproveché y esperé pacientemente mi cena, ahora que había terminado y estaba en medio de una película iba a prepararme para dormir.

Sin embargo, esa palabra era sinónimo de tener algo pendiente por hacer.

— No, todavía no te prepares. Tengo que enseñarte dónde está el resto del personal de seguridad del palacio.— Dijo haciéndome levantar. No quería, pero era mejor hacerlo de una vez, así que asentí y la seguí por los pasillos. Adele me guió con confianza a través de ellos, como si los conociera de toda la vida.

— Pareces muy familiarizada.— Murmuré.

— Los recorrí durante todo el día para ubicarme apropiadamente.— Ella contestó antes de bajar las escaleras hacía un tipo de subterráneo, doblamos dos veces hacía la izquierda, una hacía la derecha, ella pasó una tarjeta en blanco sobre el sensor de una puerta antes de que este pitara y ella la empujara dejándonos entrar.

Miré con cierto asombro lo que parecía un área común donde estaban al menos cinco hombres y dos mujeres compartiendo espacio. Todos se detuvieron al verme y se acercaron.

— Te presento a los jefes de sección en seguridad en el palacio y de la familia real.— Comenzó Adele, pero fue interrumpida por un rubio cenizo alto con bastante musculatura y ojos grises. Me dio la mano con energía.

— Mi nombre es Jens, soy el que los coordina a todos ellos. Tengo 33 años y estaré contento de ayudarte en caso de que lo necesites.— Dijo con una brillante sonrisa, llevaba unas botas café y una camiseta a cuadros.

—El mio es Henrik, estoy a cargo del ala oeste.— Dijo un chico con ojos marrones y cabello negro, a simple vista parecería normal, pero tenía una gran cicatriz surcando parte de su frente y su mejilla y aún así no le restaba puntos a la belleza de su rostro, llevaba una camisa deportiva que se pegaba a sus pectorales y sus brazos.— Tengo 25.

— Yo soy Helle, estoy a cargo de la seguridad de la reina y del ala sur.- Una mujer de cabello castaño claro y ojos ámbar dijo, su rostro tenía rasgos decididos y su voz tenía bastante autoridad.—Tengo 26 años.

—Michael, ala norte y central .— Dijo un hombre de cabello negro, lacio y sus ojos del mismo tono, el único contraste era su piel palida, se veía oscuro y no dijo más que esas cinco palabras. Parecía de temperamento difícil. No dijo su edad, pero se veía joven.

— Jesper, yo me encargo del rey.—Me tomó la mano y me guiñó un ojo color miel. Usaba ropa casual y jovial.— Tengo 26.

— Anne, yo tengo el ala este y el exterior.— Dijo una chica de cabello castaño y ojos azul claro, era ciertamente muy bonita.—Tengo 23.

—Carsten, yo controlo la seguridad del príncipe.— La voz sonó profunda y el dueño era un hombre que estaba cruzado de brazos más alejado del resto del equipo. Se acercó a mi y se inclinó a verme con sus ojos negros y su cabello castaño oscuro.— Espero que sepas lo que haces, no permitiré otro error de un miembro del equipo.—Dijo antes de pasar a mi lado golpeando mi hombro.

— Ignoralo, solo está molesto por el último atentado, ya que el príncipe... recibió algunas heridas.— Dijo Jens.

Asentí sin prestarle mucha atención antes de presentarme.

—Mi nombre es Angelique, tengo 20 años y estoy de encubierta para proteger al príncipe durante la selección.—Sonreí.— Espero que nos llevemos bien.

— Trabajemos juntos y protejamos a la familia real.—Jesper sonrió.—No dudes en visitarnos a menudo.

— Ten.— Jens me entregó una tarjeta blanca como la que usó Adele para abrir la puerta.— Si te cansas de fingir querer ser una princesa, puedes venir a relajarte aquí.

—Gracias.—Sonreí. No me vendría mal preguntarles mis dudas sobre la seguridad del palacio si lo llegara a necesitar.

— De na..— Comenzó a decir Jens antes de ser interrumpido por Anne.

— El príncipe viene, tienes que esconderte.—Ella dijo presa del pánico. Me guió detrás de uno de los grandes sillones del lugar y me hizo agacharme justo antes de que se escuchara el sonido de la puerta abrirse y pasos nuevos entraran.

— Su alteza.— Escuché un coro saludarlo.

— Su alteza el príncipe, ¿Qué lo trae por aquí? — Escuché la voz de Jens preguntar.

—Solo quería conocer las caras nuevas.— Habría esperado que su voz fuera suave y gentil, pero sonaba autoritaria y muy seguro de sí mismo. Escuché a Jesper, Michael y Henrik presentarse de nuevo, pero también Adele se presentó ante él.

— Mi nombre es Adele Smith, ofrezco seguridad a mi empleadora, la señorita Angelique Collins.- Dijo con voz segura, usando un apellido falso como mi identidad aquí.

— Ah, está bien. Relaja tu postura, no es necesario que estés tan rígida.- Una pausa.- Un gusto señorita Smith y al resto, estoy a su cuidado. Jens, ¿Podemos charlar a solas?

— Por supuesto, su alteza.— Dijo y los escuché salir a ambos. Suspiré y tomé la mano de Jesper para ponerme de pie.

—Debes de tener cuidado de que no te vea por aquí o podría comenzar a sospechar.— Dijo Helle pasando a mi costado.

— O podría pensar que te gusta uno de nosotros.- Dijo Jesper.

— ¿Podríamos nosotros saber que pasa por su cabeza? — Cuestionó Helle. Escuché una corta risa de Michael, pero no dijo nada.

Adele se acercó cuando Jens regresó con expresión seria.

— Cada uno de ustedes tiene que presentar un reporte de seguridad de los últimos 6 meses para mañana a primera hora.— Dijo.

— ¿Solo los últimos seis? — Helle sonrió al lado de la cafetera.— Se ha ablandado mucho.

Michael fue el primero en marcharse.

— ¿A dónde vas? — Le preguntó Jens.—Tenemos mucho trabajo que hacer.

— Dormir.—Contestó él antes de regresar con un documento y dejarlo en la mesa principal.— Mi parte.

Helle se rió por lo bajo y puso tres tazas de cerca de los nuevos.

— ¿Se supone que teníamos que preparar uno cada seis meses? — Preguntó Jensen.— No sabía que debíamos hacerlo. ¿Y por qué el café en nuestras tazas?

Adele y yo intercambiamos una rápida mirada antes de que Helle contestara.

— Es una consideración hacía ustedes. Lo van a necesitar.— Dijo antes de ir a su habitación y volver para poner otro documento encima del de Michael.— Este es el mío. Buenas noches.

Jesper, Anne y Henrik se miraron mortificados y yo me despedí alegre de no tener que hacer lo mismo que ellos. Adele se quedó para ofrecer su ayuda.

Traté de recordar el camino de vuelta y afortunadamente esta vez solo perdí el rumbo dos veces antes de dar con mi habitación.

Al entrar me di cuenta de que el plato había sido recogido, revisé las cámaras y me sentí bien cuando comprobé que solo eso pasó de relevancia durante mi ausencia. Me cepillé los dientes y miré el reflejo en el espejo.

Cabello negro y una mirada azul como el oceano cuando te acercas a las profundidades. Siempre hundida en responsabilidades no deseadas.

Un día más y el tiempo seguía pasando sin que yo pudiera pensar por mi misma lo que quería para mi vida.

Un día a la vez Angelique.

Misión: Proteger al príncipe, Contratiempos: Enamorarse. (I libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora