Pasé los siguientes días asistiendo solo a las clases de etiqueta que no requerían mucho esfuerzo físico y el resto del tiempo lo pasaba en mi habitación o el estudio de Klaus. La primera vez que me pidió que lo acompañara fue alegando una "cita" pero en realidad solo me hizo acostarme en su sofá, me puso una manta encima y me mandó a dormir mientras él trabajaba, yo había estado tan cansada por estar recta poniendo atención y adolorida que lo acepté sin más y dormí toda la tarde, al despertar me ofrecí a ayudarle acomodando el orden de sus documentos, pero como no terminé volví al día siguiente y el siguiente, cuando finalmente acabé Klus me dijo que solo me quedara a la vista aunque no hiciera nada. Me parecía extraño pero acepté instalándome en su sofá y leyendo en mi teléfono despreocupadamente.
Ya que Jens también me suspendió para recuperarme hasta que me quitara los puntos, esto era lo más cercano a unas vacaciones que estaba teniendo en el año.
Klaus a veces conversaba conmigo sobre varios temas como historia, arte, música o alguna anécdota del pasado. Tenía un sentido del humor agudo y el mío era mucho más espontáneo así que inevitablemente terminabamos teniendo momentos de molestarnos el uno al otro en medio de las conversaciones. Tenía que admitir que él era muy inteligente y sabía mucho de diversos temas por lo que no podía aburrirme a su lado y me obligaba a ponerme al día con mi sentido de cultura general. Desvié la mirada mirándolo, él estaba concentrado en su trabajo con la cabeza inclinada hacía los documentos, algunos mechones rebeldes suspendidos en el aire saliéndose de su acomodo y sus ojos verdes atentos sobre las palabras. Verlo era un verdadero regalo para la vista. Me gustaba tanto que a mi pesar tenía que admitir que estaba teniendo sentimientos por él, sentimientos muy peligrosos que sabía debía eliminar pero no podía.
Me iba a doler como un demonio cuando esto terminara, eso fue lo que pensé antes de suspirar y ponerme de pie. Klaus levantó la mirada.
- ¿A dónde vas? - Cuestionó.
- Mi habitación.- Respondí.- Iré a descansar en mi cama.
- ¿Por qué no subes a la mía? - Se levantó y se acercó a mí, reduciendo su altura para verme más de cerca. Klaus tomó mi cuello y levantó mi barbilla antes de besarme, cerré los ojos suspirando de puro gusto, derritiendome ante su toque llevando mis manos hacía sus brazos. El príncipe se separó de mí cuando ya me sentía floja entre sus brazos. ¿Por qué siempre me sentía tan indefensa con él? Exactamente como una dama en apuros que necesitara un héroe que la salvara, era absurdo pero la mejor manera de explicar el sentimiento de seguridad que me daba, aunque sabía que él no podría sostener un arma y aún más improbable saber dispararla para salvarse a sí mismo, menos aún hacía mi pero eso no lo entendía mi cuerpo que lo buscaba siempre como un salvavidas.
- Si monopolizas mi tiempo así, podría pensar que te intereso.- Usé una ligera burla en mis labios, para ocultar el anhelo.
- Me interesas, Angelique.- Dijo sin perder la seriedad.- Y pienso monopolizarte.
Me reí nerviosamente y me alejé.
- No juegues conmigo.- Dije acercándome a la puerta. Me negué a verlo por temor a que mis sentimientos se mostraran en mi rostro.- Buenas noches, su alteza.
Me marché y caminé de regreso a mi habitación. Me acosté sobre la cama y levanté mis manos hacía mi, las mismas que momentos antes lo habían tocado a él, sintiendo la calidez de su cuerpo. Quería volver pero debía de comenzar a alejarme porque él y yo debíamos de continuar por caminos muy a parte después de que toda esta situación acabara.
Ya me estaba involucrando demasiado sentimentalmente hablando y debía de marcar el límite antes de dejarlo destrozar mi corazón, pero cuando Klaus apareció momentos después en mi habitación y me levantó en sus brazos para llevarme a la suya no me resistí, no pude hacerlo.
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Misión: Proteger al príncipe, Contratiempos: Enamorarse. (I libro)
RomansaSinopsis El negocio familiar se trataba de proteger. Entrenaron a Angelique para eso, así que no le sorprendió ser enviada a un pequeño pero rico país a proteger a un príncipe que creía era un mujeriego sin mucho cerebro. Todo se complica cuando el...