Capítulo 35: Nomoleetemamaa

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*Cinco años después*

Haidar Assim Ahmad tenía sólo veinticinco años, pero cada uno de ellos parecía un chiste a comparación con el miedo que despertaba en todos a su alrededor. Ninguno de sus guardaespaldas soportaba mucho tiempo porque su estilo de vida era simplemente brutal, pero afortunadamente yo no era su guardaespaldas y solo estaba teniendo severos problemas para encontrar uno para él.

Me removí en mi asiento tratando de no ver al hombre de piel morena e increíble atractivo para no seguir sintiéndome irritada y me concentré en la vista de los enormes cristales que representaban una vista espectacular a la enorme ciudad árabe a sus espaldas y la luz que llenaba naturalmente la habitación de colores claros con muebles de aspecto moderno, siendo usados por un hombre con la misma apariencia que usaba una túnica blanca con retoques representativos de su país en negro y un pedazo de tela denominado kufiya que cubría su cabeza, pero ese mismo individuo fue el que me devolvió a la realidad a su manera.

- No.- Negó deslizando la página digital después de que le presentara otro activo que aceptaba cualquier tipo de trabajo. Elevó su mirada oscura sobre mi y logró ponerme de nervios con sus ojos tan llenos de su clara obsesión por ordenar a todos su alrededor.- Prefiero que sean mujeres. Los hombres tienden a traicionar por unos cuantos lingotes a mis enemigos.- Casi puse los ojos en blanco.

- Y las mujeres terminan enamoradas de usted y envolviéndose en su cama.- Le dije con una repentina punzada de sinceridad, ocasionando su risa. Se acercó un poco más, permitiéndome ver la belleza varonil de sus facciones con su barba perfilándolo, pero a pesar de su obvia provocación solo parpadeé ante él y puse mi pluma en su frente, alejándolo.- ¿Se le perdió algo en mi rostro, señor Ahmad?

- Se dice que la reina escondida de Klaus Ostergaard es hermosa.- Assim dijo sentándose de nuevo en su lugar.- Solo quiero decir que si los rumores son ciertos, sería como su belleza, Angelique Carswell.

Entorné mis ojos hacía él.

- ¿Y se supone que me debo de sentir alagada? - Me puse de pie y dejé el catalogo frente a él.- Le recomiendo que se tome en serio mi trabajo, señor Ahmad y elija uno si no quiere permanecer sin escoltas.

- Que ruda.- Murmuró tomando los catálogos y eligiendo uno al azar, pero no era nada estúpido porque claramente era una mujer. Me entregó la tablet y se puso de pie antes de colocar la mano en su pecho a modo de despedida.- Pero me agradan las mujeres con carácter, así es más estimulante cuando son vencidas ante mis encantos.

Me reí genuinamente ante sus palabras y llevé mi mano hacía mi pecho, hice una leve reverencia hacía él pensando en que la jovialidad y sus acciones como mujeriego eran todavía más evidentes por su edad, pero ya lo había visto asesinar a sangre fría justo frente a mí, por lo que no me confié de su sonrisa.

- Espero no nos veamos tan a menudo, señor Ahmad.- Dije antes de retroceder y partir de la habitación de reuniones. Salí hasta internarme en uno de los pasillos para ser seguida por uno de los guardias bajo el mando de Michael que casi siempre estaba a mi disposición, solo mi equipo personal otorgado por Klaus sabían mi verdadera identidad como reina, pero de cara al exterior solo era partidaria de las relaciones exteriores de la empresa de mis padres.

- ¿Y Michael? - Pregunté bajando la voz, decidiendo tomar las escaleras para subir a la azotea donde esperaba el helicóptero para volver a casa, pero no necesité una respuesta porque fui asaltada justo al abrir la puerta.

- Manos arriba - Michael dijo apuntándome con sus manos, pero en seguida un pequeño cuerpo se puso frente a mi.

- ¡Yo te protejo, mami! - Aren me defendió, haciendo con sus pequeñas manos el gesto de una arma de fuego e hizo los sonidos de disparo hacía Michael que se derrumbó "muerto" en el suelo. Sonreí sintiendo felicidad y diversión estallar en mi pecho antes de arrodillarme y abrazar al pequeño rubio que era mi salvador.

Misión: Proteger al príncipe, Contratiempos: Enamorarse. (I libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora