Capitulo 29: No estoy listo

747 49 2
                                    

Helle

La primera vez que ví a Jensper llegar al cuerpo de supervisores de seguridad me quedé impresionada por lo atractivo que era pero esto se veía opacado por un ceño fruncido y una actitud fría. Recuerdo haberme acercado a él y extender mi mano queriendo tener una buena relación de colegas, después de todo, siendo asignado al rey y yo cuidando de la reina nos veríamos a menudo.

- Soy Helle, estoy a cargo de la seguridad de la reina.- Sonreí hacía él, pero Jensper no tomó mi mano.

- No importa.- Dijo y fue a llevar las cosas a su habitación.

Jens me había dado un codazo al verme molesta.

- Sé amable con él, su esposa murió hace poco.- Había dicho.

- ¿Y es mi problema? - Me crucé de brazos.

- No lo es, pero seamos considerados.- Jens abogó por él. Bufé y decidí marcharme.

No pensaba ser amable si él no lo era y esa fue mi filosofía con él conforme el tiempo pasaba.

Cómo pensé, nos veíamos a menudo en las comidas oficiales en la que asistían los dos monarcas y permanecimos alerta en caso de cualquier peligro, solo dos estatuas que no se movían más que para asegurar nuestras responsabilidades. Jensper seguía siendo frío y yo no volví a intentar ser amable, pensé que era parte de su personalidad parecer siempre tan desinteresado por todo a su alrededor.

Hasta que un día lo escuché en medio de una video llamada regresando de correr, con el cabello mojado en mi propio sudor y la incomodidad de sentir como la tela se pegaba a ciertas partes de mi cuerpo pude escuchar una suave voz femenina a través del altavoz de un celular. Me detuve en seco y sin hacer ningún ruido.

- Papi, ¿Cuándo vas a venir? - Decía la pequeña voz.- te extraño.

- En dos días estaré ahí, Jae. Guárdame tus cuentos favoritos para leerlos cuando llegue.- Él respondía con una inusual suavidad en su voz y extrañamente sentí un revoloteo en el corazón.- Yo también te extraño.

- ¿Mucho, papi? - Ella se escuchaba llorosa.

- Mucho, mucho mucho.- Él respondió.- Me tengo que ir, te amo Jae.

- Te amo, papi. Ven rápido.- Ella respondió antes de que él la despidiera y finalmente el silencio se hiciera en la sala. Decidí pasar en ese momento y verlo con indiferencia fingida.

- No sabía que tuvieras una hija.- Le dije de camino al frigorífico, necesitaba mantener mis manos ocupadas.- Debe de ser duro hacerse cargo de ella solo.

No recibí respuesta, en cambio se puso de pie y entró a su habitación, ignorandome. Suspiré y cerré la puerta del frigorífico con fuerza. ¿Por qué era tan complicado?

***

No fue hasta una noche en que nos quedamos varados después de un intento de asesinato a los monarcas que las cosas cambiaron drásticamente.

La nieve ahora caía lentamente, como una caricia sutil que parecía una bendición después de la tormenta pero no representaba más que otro problema.

Todo había ido bien mientras los escoltabamos de regreso a palacio y de repente todo se volvió un caos de plomo y fuego.

La nieve se desató haciendo imposible huir por tierra y no nos quedó otra a Jensper y a mi que matar a los que nos habían emboscado protegiendo a los monarcas. Pudo haber durado solo unos minutos pero la adrenalina a tope me lo hizo ver cómo una eternidad. Perdimos mucho de nuestro equipo y cuando Jens hizo llegar la ayuda aérea los anarquistas ya estaban muertos pero los heridos y muertos representaban un número considerable.

Misión: Proteger al príncipe, Contratiempos: Enamorarse. (I libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora