Estaba de particular buen humor por la tarde después de terminar las clases de etiqueta y no me preocupaba mucho la presentación que se me había designado, después de todo la fecha era hasta dentro de tres meses y me había tocado lealtad. No sabía qué demonios iba a hacer pero no lo tenía tampoco mucho en mente, de igual manera no me importaba para nada la competencia.
Hoy no parecía estar nadie en la sala, así que me recosté por un momento y bostecé contra mi mano aburrida de escuchar la cita de Adeline que como costumbre había estado hablando y hablando de sí misma, incluso Klaus redujo aún más sus respuestas hasta volverse algo seco con ella, pero la chica no parecía percatarse de ello y siguió.
Me acerqué al frigorífico para tomar una bebida cuando Carsten entró. Sabía que no le gustaba pero aún así puse una sonrisa en mi rostro y lo saludé.
- Carsten, buenas tardes.- Comencé pero él se acercó a mí con paso furioso y se cernió sobre mí viéndome con una severa expresión de enojo.
- Ya veo como haces tu trabajo con el príncipe.- Me gruñó.- ¿Así salvaguardas a todos tus clientes? ¿Manteniéndolos entre tus piernas?
Abrí mis ojos sorprendida antes de sentir la ira brotar de mi pecho, cerré el puño y no me quedé con las ganas de estrellarlo en su mejilla, con tanta fuerza y mala técnica de posición por hacerlo sin pensar que dolió más de lo que debería, pero Carsten no parecía de los que se detenían por el hecho de estar discutiendo con una colega de género fememino y me lo devolvió sin contemplaciones. El golpe me envió al suelo y sentí el sabor de la sangre en mi boca sintiendo el dolor subir hasta mi cabeza y la mirada nublada.
Sacudí la cabeza para salir del aturdimiento y me puse de pie limpiando los restos de sangre que había escapado de mis labios. Mi molestía solo aumentó y le di otro golpe motivada por la estupidez de creer que podría con él sin pensarlo bien, logré darle una patada en un costado después pero la siguiente la detuvo tomándome de la pierna y lanzándome. Caí sobre una mesa de cristal casi en su totalidad rompiendola, mi cabeza dio en el suelo con fuerza y grité al sentir pedazos de vidrio roto incrustandose en mi piel, me puse sobre mis rodillas y mis manos dañandome más con los cristales rotos pero aferrandome a ponerme de pie de nuevo hasta que sentí como un par de brazos fuertes me levantaban del suelo. Miré a Jansper a los ojos antes de desviar la mirada hacía Carsten que estaba peleando con... Michael. En realidad Michael estaba encima de él golpeándolo repetidamente en el rostro con brutalidad. Jens lo separó de Carsten.
- ¿Qué demonios está pasando aquí? - Demandó con una voz que no se parecía en nada al habitual él, estaba molesto. Carsten se puso de pie acomodandose el uniforme negro y se acomodó la nariz con una maldición antes de mirarme con burla. Incluso lleno de sangre no dejaba de ser un imbécil.
- Nada, solo que la "dama" aquí presente.- Hizo comillas en el aire.- Se está acostando con su alteza. - Jansper apretó su agarré sobre mí, protegiéndome pero aún así el silencio del resto de los hombres en la habitación me asustaba aún más y sentirme juzgada me llevaba a una mayor vergüenza. Las lágrimas picaron en mis ojos pero me negué a dejarlas ir, si lo hacía no podía detenerme.
- ¿Y cuál es el problema?- Preguntó Jens de repente.- Tú mismo pasaste el comunicado Klaus, como si no supiéramos lo que significaba. No va en contra de las reglas mientras lo mantenga a salvo. Ella cumple con sus guardias y no interfiere con su trabajo aquí.
- ¿No interfiere con su trabajo? - Carsten se burló.- ¿Qué haremos si lo asesinan mientras ella se lo está tirando? - Me apuntó.- Es solo una puta.
Michael tenía la intención de volver a golpearlo pero Jens lo sujetó.
- Es suficiente.- Dijo Jens.- La golpeaste, has roto la regla sobre abuso de la fuerza.
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Misión: Proteger al príncipe, Contratiempos: Enamorarse. (I libro)
RomanceSinopsis El negocio familiar se trataba de proteger. Entrenaron a Angelique para eso, así que no le sorprendió ser enviada a un pequeño pero rico país a proteger a un príncipe que creía era un mujeriego sin mucho cerebro. Todo se complica cuando el...