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miré a Sunghoon quién seguía durmiendo arriba de la mesa y me acerqué con un fuerte dolor de cabeza.

— agh... Mi cabeza...

Me acerque a Sunghoon y lo moví lentamente

Fue tan suave el empujón que Sunghoon terminó cayendo fuera de la mesa y abriendo sus ojos por el golpe.

— a-a...agh... Mierda...

— Estás durmiendo en la mesa... — murmure.

Caminé hacia la mesada donde había una decoración del cumpleaños de Stacey junto a una nota.

— Stacey nos dejó una nota. — murmure cansada.

Sunghoon caminó detrás de mi y bostezó a mi lado.

— ¿Que dice? — preguntó.

Hice el adorno a un lado y abrí la nota empezando a leerla en voz alta.

— Anoche estaban tan ebrios... Que un amigo y yo los llevamos al departamento más cercano, gracias por la excelente noche. Son mis novios... Favoritos...

Alze mis cejas confundida y miré a Sunghoon.

¿¡Eh!?

— ¿Somos novios? — preguntó Sunghoon confundido. — ¿Ya lo pedí?

Miré la nota y decidí empujar a Sunghoon hacia el baño mientras le pedía que se bañara por apestar a olor a alcohol.

Una vez que se metió, decidí llamar a Stacey quien no contestó pero Azumi si.

📞: ¿Konnichiwa?

— ¿Que es esa carta?

📞: Oh... Ya lo sabes.

— ¿Saber que?

📞: Anoche Sunghoon te pidió ser su novia y tú aceptaste.

— ¿Eh? No lo recuerdo... No...

📞: después de aceptar, estuvieron dándose besos y Stacey se ofreció a llevarlos con un chico... Asique si, ahora tienes novio, ¿¡No es genial!?

— cómo va a ser genial si no lo recuerdo... — Susurré preocupada.

Finalicé la llamada y decidí ordenar un poco el departamento para ver qué nuestros abrigos estaban tirados en el pasillo de afuera...

No me extrañaría pensar de que llegamos intercambiando besos y por poco desnudarnos para terminar de alguna manera en el suelo y en la mesa...

pero...

— ¿Porque Sunghoon quedó en la mesa? — pregunte confundida entrando al departamento.

Decidí preparar un batido y en el mismo ponerle unas gotas de medicamento para la resaca.

Minutos después, caminé hacia la habitación buscando ropa más cómoda para ponerme el pijama y caminar hacia el baño queriendo apurar a Sunghoon hasta que el salió.

— Saliste... — murmure nerviosa.

Y ahí estaba otra vez.

Totalmente rendida a los pies de Sunghoon quién dejaba a la vista su lindo cabello por doquier y su abdomen a la vista dejando un poco aquél amarre por debajo de su cadera...

Dios, ayuda.

— ¿Querías entrar? — preguntó Sunghoon acercándose.

— No... Solo esta-

𝐏𝐨𝐥𝐚𝐫𝐨𝐢𝐝 𝐋𝐨𝐯𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora