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— ¿Celoso? — pregunte a Sunghoon.

Me giré con una sonrisa y simplemente preste atención a Kento quien se volvía a presentar y explicaba que solo estaría unos meses.

— Espero poder llevarme bien con ustedes. — contestó Kento.

Mientras hablaba, no pude evitar notar que sus palabras iban sincronizados con su mirada...

Me habla a mi.

Sunghoon colocó su brazo en mi silla notando aquella indirecta de Kentaro y luego miró a Marcos quien también lo había notado.

Ya no son dos, ahora son tres.

— Cómo decía, comenzaremos con un repaso para darme una idea de cómo ven los temas y luego empezaremos con la química. — sonrió acomodando sus anteojos.

— No me agrada ese tipo. — murmuro Sunghoon.

— Es solo un profesor. — respondí empezando a escribir.

— Te tiene ganas.

— Claro que no. No digas eso.

Ignore a Sunghoon apesar de que dijera la verdad y seguí escribiendo totalmente atenta a la clase hasta que finalizó.

Preparé mis cosas y las metí en mi mochila mientras Sunghoon me esperaba a mi lado para empezar a caminar hacia la puerta y oír mi llamado.

— Tn, ¿Podría hablar contigo? — preguntó Kento apoyandose en el escritorio.

Asentí y me dirigí a Kento mientras Sunghoon esperaba en la puerta.

— no me agrada ese tipo. — contestó Marcos acercándose a Sunghoon.

— ¿Crees que a mí si? — preguntó con ironía.

— Tu sabes perfectamente a lo que se refería. — respondió Marcos cruzandose de brazos.

— No sé si deba preocuparme por ese idiota o su maldito ex preguntando por ella. — contestó Sunghoon.

Marcos miró a Sunghoon y alzó sus cejas molesto.

— Seguirás siendo un raro para mí pero no dejaré de preocuparme por ella. ¿Eh? Idiota.

— Tarado.

Nendertal.

Me giré oyendo pequeños murmuros casi inaudibles y frunci mi seño al ver a Marcos y Sunghoon hablar.

— ¿Entiendes? — preguntó Kento.

— No me molesta tu edad, solo son 23 años. — contesté.

— y tú tienes 18. — respondió apenado.

— En fin, cualquier duda que tengas en la materia, puedo ayudarte. Incluso, podemos salir a pasear...

— Claro, no hay problema con eso. — respondí con una sonrisa.

— Genial...

Miré a Kento por cortos segundos y tomé mis cosas para salir a la puerta.

¿Ahora son amigos? — pregunte pasando por su lado.

— No podría ser amigo de un raro. — respondió Marcos.

— ¿Y crees que yo podría ser amigo de un chico que toma esteroides? — preguntó Sunghoon.

— ¡No son esteroides! En fin. — contestó Marcos Fernando a Tn.

— No nos agrada ese profesor. — respondieron al unisono.

𝐏𝐨𝐥𝐚𝐫𝐨𝐢𝐝 𝐋𝐨𝐯𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora