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— Sunghoon despierta.

— Sunghoon...

— ¿Puedes hacerlo por mi?

Sunghoon abrió sus ojos e inconscientemente Sonrió.

— Me imagino que volverán para la cena. — contestó la señora Park.

— ¡Avisaré cualquier cosa! — gritó Sofía entrando al auto.

— No entiendo porque pide que cenemos comida que ni siquiera ella hace. — Murmuró Sunghoon pasando su lengua dentro de la mejilla.

— Tranquilo, por eso te saqué. — contestó Sofía arrancando. ¿Cómo te sientes?

— ¿Cómo crees que debo sentirme después de ser descalificado de la competencia de rugby? — preguntó Sunghoon con ironía.

— Sunghoon... — Murmuró Sofía esperando poder hablar bien.

— Me siento fatal. — Susurró Sunghoon. — Papá no deja de ignorarme y como si fuera suficiente, me tiró su maldito jarrón en el rostro.

Sunghoon frunció su seño confundido por sus palabras.
Era consciente de que estaba repitiendo palabras.

— Lo sé, ¿Crees que no me di cuenta de ese corte en tu mejilla? — preguntó Sofía agotada. — Suficiente que mamá finja de que todo está bien, por eso te invité al parque.

— ¿Y porque no traes a Keiser? — preguntó Sunghoon.

— Keiser está en la veterinaria, me aseguraré de recogerlo después. — respondió Sofía. — Ponte el cinturón.

— Ya veo... — Murmuró Sunghoon.

Sofía frenó en un semáforo y apretó con fuerza la mejilla de Sunghoon.

Sunghoon dejó de sonreír y en cuestión de segundos estaba llorando recordando el accidente.

— Que no te defina una descalificación, ¿Si? Apenas tienes 17, podrás entrar a competir el próximo año si quieres. — contestó Sofía.

— ¡Ahhh! ¡Duele!

— ¿Me oíste?

Sunghoon tocó sus mejillas las cuales hace segundos estaban humedad y notó que en ningún momento estaba llorando.

Por más que hiciera una acción, no podía cambiar nada.

— Si si, ¡Ya te oí! — contestó cerrando uno de sus ojos por el dolor.

— Más te vale.

Sofía siguió conduciendo apenas el semáforo se puso verde.

— Y cuéntame, dentro de dos días es tu cumpleaños, ¿A quién invitarás? — preguntó Sofía.

— Sofía... — Susurró Sunghoon tomando unos segundos para volver a hablar — yo... Realmente... Realmente lo lamento...

— ¿Ninguno de los nuevos ha querido ser tu amigo?

Sunghoon sintió sus ojos llenarse de lágrimas al percatarse de que Sofía volvía a ignorarlo...

— No es tan fácil decirlo. — Contestó Sunghoon rascando su cabello.

— ¿Y novia? Vamos, debo conocer la novia de mi hermanito peludo — contestó Sofía con una enorme sonrisa.

— hermanito peludo... — Susurró Sunghoon con nostalgia.

𝐏𝐨𝐥𝐚𝐫𝐨𝐢𝐝 𝐋𝐨𝐯𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora