Especial: SITILLUQAAQ

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Nieve acumulada después de una tormenta


—Está nevando —comenta a nadie en particular, con la mirada fija en los copos blancos que surcan el aire al otro lado de la ventana.

—¿Qué dices? —pregunta Kim MinGyu con la boca llena, tiene los labios ligeramente hinchados y rojos, al igual que las mejillas, a causa del picante, pero no se detiene a beber agua mientras aún queda comida en la mesa y espacio en su estómago; SiCheng lo comprende a la perfección.

—Está nevando —repite en voz baja, casi para sí mismo.

Algunas personas en la calle aún no se percatan del fenómeno blanco, caminan ignorantes a través de los copos y sobre las aceras húmedas, el aguanieve se desliza por entre sus zapatos robando destellos coloridos de las luces que comienzan a iluminar la cuidad. La noche cae suave y en silencio, así como los trozos de cielo que hacen pozas entre los adoquines.

En su cena mensual con los amigos de JaeHyun, SiCheng ya no puede concentrarse en otra cosa.

—Apenas está comenzando —dice su amigo en un susurro casi tan bajo como el suyo y frunce el ceño, pero no se distrae de los vasos de soju que está rellenando mientras MinGyu comenta cuánto le gusta beber en las noches de frío.

No es la primera vez que se reúne con el grupo, por lo que a ninguno de ellos le sorprende o molesta su falta de interacción, están acostumbrados a verlo esforzarse, pero parece que jamás le insistirán en que participe más o esté más al pendiente de ellos.

—Es la primera nevada del año —comenta Cha EunWoo con una sonrisa casi imperceptible y su mirada brilla.

En algunos lugares, la nieve que no alcanza a derretirse comienza a teñir de blanco el paisaje.

—El invierno me tomó por sorpresa. —Kim YoungHoon comenta por su parte y de esa forma comienza una seria conversación sobre cómo ya no se puede confiar en el clima, los efectos del calentamiento global y cuáles son las medidas que cada uno toma para reducir su huella.

SiCheng, desde su lugar privilegiado, no puede apartar la vista de las escamas blancas que caen. La nieve siempre le ha parecido un fenómeno maravilloso que, junto a la lluvia, limpia un poco la suciedad del mundo. Es un pensamiento realmente ingenuo el creer que solo porque es blanca o solo porque cae del cielo purifica la tierra, pero le gusta la idea de que algo en lo más lejano del cielo, quiera que esta tierra fría y yerma sobre la que camina tenga algo de belleza.

—A Kun ge no le gusta la nieve.

El frío que le cala los huesos y le hiere la piel, el hielo que le quema los pulmones y escapa de su boca en forma de lengüetas blancas que de dispersan en el aire como llamas ardientes. A SiCheng le gustan los paseos tomados de la mano, la ropa abrigada y la excusa para apegarse a su cuerpo en busca de calor.

En el pasado, a Kun solían gustarle los ángeles de nieve y comer helados mientras veía el mundo teñirse de blanco. A SiCheng le gustaba ver cómo su nariz y mejillas se enrojecían a causa del frío y escuchar los sonidos de sus mandíbulas temblorosas.

Ahora, la nieve es solo uno de esos momentos plagados de recuerdos dolorosos, del frío azulando la piel de Kun, de sus labios morados, la mirada cristalizada y las lágrimas congeladas en sus mejillas.

Recuerda una tarde particularmente dura, cuando el padre de Kun se enteró de que ChenLe estaba en Corea del sur. Si se esfuerza un poco, aún puede escuchar el sonido de los golpes contra su piel desnuda, la agonía de sus quejidos mientras era arrastrado al patio, aún medio desnudo después de una ducha.

Recuerda que esa misma noche Yuta llegó y lo besó ahí, sobre la cama de Kun luego de que este saliera de la habitación.

La nieve es una amalgama de sufrimiento, melancolía y belleza devastadora.

Rappelle toi que je vis [WinKun/KunWin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora