22.- ESTAR VIVOS

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JiSung bostezó estirándose en toda su longitud sobre un sofá deforme e incómodo. Apagó la alarma y sacudió la cabeza para espantar al sueño que le rogaba por un par de minutos más de inconsciencia. Ignoró todos sus verdaderos deseos y se puso de pie para buscar un poco de ropa e ir directamente a la ducha.

Como todos los trainees se estaba quedando en el edificio de la compañía tanto tiempo como podía, dormía ahí, comía ahí y entrenaba en cada momento que tenía libre. No le tomó mucho tiempo estar completamente preparado y dirigirse trotando hasta la sala de prácticas que usaban de forma recurrente.

Grande fue su sorpresa cuando se encontró a ChenLe y Lucas al otro lado de la puerta, bailando la última coreografía que Kai había armado para ellos.

Sin ánimos de interrumpirlos se recargó en el marco de la puerta, escuchando las palabras incomprensibles que intercambiaban cada cierto tiempo.

ChenLe era realmente bueno bailando, pero había detalles que debía pulir y Lucas parecía más que feliz de ayudarlo, lo que era completamente asombroso, porque el mayor no solía confiar en nadie, en especial en personas que acababa de conocer.

Un punto para ChenLe y su personalidad atrapante, que se comunicaran en su idioma nativo probablemente era un detalle ínfimo. Le alegraba ver que Lucas no estaba a la defensiva como el resto del tiempo y eso revivió el recuerdo de la discusión de ChenLe y su primo.

¿Cuántas eran las probabilidades de que el Lucas de Kun fuera el mismo que reía abiertamente frente a ChenLe?

Los vio detenerse a mitad de la coreografía porque ChenLe aún no podía reproducir correctamente el movimiento de Lucas. Lo estaba haciendo realmente bien, pero no se veía igual de fluido que el mayor y no descansaría hasta conseguirlo.

En los últimos días había descubierto que ChenLe, todo risas y bromas, era realmente perfeccionista y se auto exigía más que todos. Trabajaba tan duro que se contradecía con todo lo que había escuchado de él y su familia forrada, aunque eso también le permitía entender por qué Kun era tan insistente en que ChenLe no era un niño mimado.

—Es tu pie —dijo sorprendiéndolos cuando Lucas repitió por tercera vez el mismo movimientos sin que ChenLe consiguiera el mismo ángulo.

—JiSung Pwark, ¿qué haces aquí a esta hora?

JiSung blanqueó los ojos y atravesó la habitación hasta detenerse detrás de ChenLe, le golpeó un pie para separarlo del otro y jaló su hombro, mostrándole que era la posición de su pie lo que realmente impedía o permitía que su cuerpo se moviera con fluidez y su brazo alcanzara el ángulo deseado de forma elegante.

Consciente de que estaba detrás de todos los trainees, ChenLe se levantaba una hora más temprano y se quedaba una hora más después de las prácticas. JiSung estaba impresionado por él y su dedicación, pero eso no significaba que fuera el único. Él también se levantaba temprano, dormía poco y seguía practicando incluso en la ducha.

—Entreno en esta compañía también—. Se inclinó frente a Lucas y se alejó para comenzar a calentar sus músculos, mientras ChenLe repetía una y otra vez el movimiento, uniéndolo al resto de la coreografía.

—¿Por qué haces que parezca tan simple?

—Porque tu cuerpo no está acostumbrado a utilizar todos los músculos al mismo tiempo, al menos no como se necesita para bailar de esta manera, es cosa de práctica —respondió con algo de orgullo—. Debes permitir que la energía fluya libre, no detenerla en las articulaciones y los movimientos que sueles realizar de forma aislada.

El chino menor lo miró con el ceño fruncido y JiSung pudo reconocer que no había comprendido sus palabras. Entonces Lucas habló rápidamente en mandarín y ChenLe asintió a cada una de sus palabras, para luego agradecerle al mayor y sonreírle a JiSung.

Rappelle toi que je vis [WinKun/KunWin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora