08.- LOVE PROMISE

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Kun había pasado un par de días cuestionándose qué tan correcto sería mantener un secreto que no le pertenecía ni estaba completamente seguro de su veracidad. Podía fingir a la perfección frente a TaeYong y Johnny, pero no podía dejar de cuestionarse al estadounidense y su actuar.

Cargar con secretos era un trabajo difícil que requería de su constante atención y una muy buena memoria a la hora de recordar los detalles de todas las mentiras que debía pronunciar para evitar equivocarse y dejarse en evidencia. Con SiCheng habían desarrollado intrincados sistemas que les permitían ir y venir sin ser descubiertos, incluso habían comenzado a comunicarse en chino frente a sus amigos –aunque tampoco abusaban de eso y solo intercambiaban palabras sueltas o monosílabos para acostumbrar de a poco a los demás a sus interacciones–, pero no estaba muy seguro de cómo debía proceder en cuanto a sus amigos.

Sabía que, si sus suposiciones eran correctas, podía decir que Johnny había traicionado a TaeYong interfiriendo en su relación con Ten, pero no tenía el derecho moral para recriminarle cualquier cosa. Sí, era de conocimiento público lo difícil que fue para TaeYong la ruptura, después de todo habían estado juntos por casi tres años y Ten lo había ayudado a tener el valor para salir del closet, pero él no sería quien lapidara a cualquier persona solo por haber cometido un error, en especial si no tenía la certeza absoluta de cómo habían ocurrido los hechos.

La verdad acabaría rompiéndole el corazón a TaeYong, incluso más que la ruptura misma, por lo que debía estar absolutamente seguro y prepararse para el caos que se formaría cuando este supiera todo, incluso si no era él mismo quien se lo dijera.

—¿Puedo hablar con Mark?

Ya era miércoles, por lo que se encontraba en el departamento de Johnny avanzando su informe sobre las consecuencias que podía traer a la bolsa la caída del imperio Choi y la devaluación de las acciones de varias grandes empresas como un efecto dominó.

Le había robado un par de informes a su padre y con eso había hecho casi todo su trabajo, por lo que podría hablar tranquilo con Mark, si este aceptaba, mientras Johnny redactaba su parte y esperaba a que TaeYong llegara con el resto de la información luego de acompañar a su madre al médico.

La mirada del mayor no pudo ocultar su curiosidad y el deseo de negarse, por lo que Kun solo río de forma burlesca y llamó al menor con un grito.

—¿De qué quieres hablar con él? ¿Sobre las insinuaciones del otro día?

Kun se encogió de hombros y escuchó al menor gritar que salía en seguida.

—¿Qué puedo hacer? Mark es muy atractivo, no podría dejar pasar esta oportunidad.

—¿Qué necesitas, Kun ge? —la llegada del rubio no le dio tiempo a Johnny para responder.

—Ven —le indicó con una mano mientras caminaba hacia la puerta para ponerse los zapatos y cubrirse con su abrigo—, vamos por un helado.

Mark miró a Johnny, pero este lo ignoró fingiendo leer un informe, por lo que se encogió de hombros de forma despreocupada y lo siguió hacia el exterior luego de haberse abrigado al igual que Kun.

Caminaron en silencio por unos minutos, hasta una cafetería donde compraron dos vasos de chocolate caliente en lugar de helados, porque el invierno había golpeado la puerta sin dar tiempo a abrirla y los estaba congelado.

Con un vaso térmico cada uno y el aire frío golpeándole las mejillas, Kun los dirigió hasta una desolada plaza.

Aún era temprano, pero hacía demasiado frío, por lo que los juegos infantiles estaban desocupados y muy pocas personas transitaban por las calles aledañas, era el lugar perfecto para tener una conversación como la que había practicado en su cabeza durante todo el día.

Rappelle toi que je vis [WinKun/KunWin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora