26.- NOSEDIVE

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La persona en el espejo le devolvió una mirada húmeda, cansada y sucia, con restos de sangre y marcas rojas y moradas creciendo en los lugares donde el dolor se acentuaba. Si no se hubiera tratado de su propio reflejo, él también lo hubiera golpeado.

Comprendía un poco por qué la gente disfrutaba maltratándolo, aparte de los celos y la furia que sus acciones podían provocar, él despreciaba su rostro, los ojos de su madre muerta le daban un poco de consuelo, pero el resto de sus facciones lo hacían sentir enfermo.

Sí, él también disfrutaría golpeándose hasta deformarse, si tan solo tuviera la fuerza para hacerlo. Por el momento romper al reflejo idéntico era un buen comienzo.

—¡Kun ge!— SiCheng detuvo su puño a unos centímetros del espejo y lo jaló lejos del mesón de los lavamanos.

Con más fuerza de la necesaria, Kun se soltó de su agarre y lo ignoró, decidiendo que el agua fría ayudaría a calmar un poco el ardor. Asegurándole que no volvería a intentar golpear nada, volvió al lavamanos y se mojó el rostro, salpicando agua en todas las direcciones. En seguida el dolor de los golpes se movió hasta lo más interno de sus huesos y se estremeció.

—JaeHyun cree que tienes algo con Bomi y TaeYong hyung al mismo tiempo —susurró SiCheng mirando su reflejo—. Piensa que los estás engañando.

—¿No pudiste decirle que no es cierto?

Kun comprendía la naturaleza de los celos, pero eso no significaba que fuera por la vida golpeando las personas que se los provocaban, ni siquiera SiCheng lo hacía y era el más emocional, de ser así él habría sido capaz de cortarle el cuello a Yuta y no quería pensar qué hubiera hecho el menor al verlo en la cama con TaeYong.

—Lo hice, pero cuando se trata de TaeYong se ciega un poco y creo que está teniendo otros problemas de los que no me ha querido hablar—. Soltó un suspiro y cerró la llave del agua, empujándolo nuevamente lejos—. Puede ser una mezcla de cosas y pensar que hay algo entre tú y TaeYong fue la gota que colmó el vaso.

—Estoy tan cansado —susurró sin saber qué más decir.

—Lo sé, gege, lo sé.

Kun sabía que tenía muy pocas posibilidades de escapar de esa vida y la gran mayoría no acababa con un final feliz, al menos no para él. La única forma de alejarse era ir con la única persona que podría y querría ayudarlos, de otra manera estaban acabados.

—Tengo algo que hacer esta tarde, ¿puedes hacer que te vean con Yuta?— No era uno de sus días, así que si quería ir a otro sitio sin tener luego a su padre cuestionándolo, la mejor forma era que él viera a SiCheng con Yuta.

SiCheng blanqueó los ojos, pero asintió y no cuestionó su petición. Alzó las manos y con las mangas de su ropa le secó el rostro, teniendo cuidado con las zonas donde JaeHyun golpeó con más fuerza. En otras circunstancias habría admirado la fuerza del menor.

—Está bien, solo no busques a JaeHyun, yo lo arreglaré, ¿te parece?

—Tú lo dijiste, fue por celos, tampoco te preocupes demasiado—. Podía ver el enojo en los rasgos de SiCheng, era incluso mayor que cuando Yuta lo golpeó y temía que acabara alejando a su único amigo por su causa.

—No puedo prometerlo —respondió como broma y se acercó para besarle la frente con cuidado. Sus labios tibios y suaves contrastaron con el frío gélido del agua y el ardor de los golpes.

Al alejarse vio a Yuta de pie detrás de SiCheng, por primera vez no había enojo en su semblante y eso lo inquietó. Por suerte estaban hablando en mandarín, a pesar de que no dijeron nada comprometedor, y Yuta no podía comprender sus palabras.

Rappelle toi que je vis [WinKun/KunWin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora