Samantha venan Algea fue la primera hija del rey Lucanor, gobernante actual de Vila Algea. Esta tribu era la mayor rival de los pueblos norteños de Yaofruc: Vila Jaiden y Vila del Nord. No obstante, también causaba muchos problemas en sus fronteras con Prodet, Ertain, Soberni y Saver. Por lo que sí: En Algea se dedicaban a forjar guerreros letales que combatieran en todos los frentes.
Por otra parte, con las demás tribus mantenía una frágil paz porque simplemente Verde y Ble no podían costearse una guerra con la poderosa Algea. Incluso no habían tenido opción y le habían abierto las puertas para que sus soldados las usaran como paso para agitar Nord y Jaiden, quienes también utilizaban Yeoryiká y Eukauyo como campo de batalla para combatir a la Tribu Antigua.
Nadie ponía en duda que Algea era la más fuerte, sólo la alianza centenaria entre Jaiden y Nord había podido contener a su ejército en Eukauyo para que no llegara a Tokán —ciudad que solía ser la capital de Yaofruc— y el rey Lucanor se sentara sobre el Trono de Sangre, situación que sería completamente ilegítima según las leyes antiguas de Yaofruc. El Trono de Sangre estaba destinado sólo para usarse por la kaira o el kai de todo Yaofruc, y el reino no había tenido una batalla justa en la Arena desde que la kaira Amalia ganó el primer mitin en la historia.
El rey Lucanor se había convencido de que era cuestión de tiempo antes de que Algea reinara sobre todo Yaofruc, sólo tenía que deshacerse de los benefactores de la oposición. Por otro lado, lamentablemente, sus planes siempre se veían frustrados por su primogénita Samantha. No era que Samy estuviera en su contra —de hecho, ella siempre trataba de satisfacerlo—, más bien, el problema radicaba en que Samantha era mujer. Para Lucanor eso resultaba una tragedia, ya que, según él, no se podía confiar en el otro sexo cuando se trataba del poder. Por suerte, su actual fallecida esposa le había dado un segundo hijo: David. Las tradiciones de Yaofruc lo habían obligado a enseñarle a Samantha cómo pelear, pero era casi un hecho que Lucanor le dejaría el mando de Algea a David, su otro hijo.
Debido a ello, la princesa se esforzaba titánicamente para impresionar a su padre: No quería que su hermano menor le arrebatara la herencia que era suya por derecho, pero, sobre todo, deseaba sobrevivir en una corte que anhelaba verla muerta. Por lo tanto, cuando Lucanor la llamó para encomendarle su próxima misión, ella sabía que aceptaría con completa obediencia. Samantha se inclinó ante su padre en el salón carmesí y esperó por sus instrucciones sin mirarlo a la cara.
—Mi querida hija —sabía que eso no era verdad, pero había dejado que él lo siguiera repitiendo todos estos años para no contradecirlo—, nuestros espías nos han confirmado que los Fernández están escondidos en Tonic. Esta es nuestra oportunidad para lastimar profundamente a la arpía y principal benefactora de Jaiden: la zorra de Cecilia.
—¿Qué quieres que haga? —musitó Samantha con los ojos clavados en el suelo. El eco del sitio ayudó a que Lucanor escuchara su pregunta—, ¿debo matarla? —cuestionó sin disfrutar el peso de sus palabras.
—No, no —espetó el rey—; ¿la guerra no te ha enseñado nada, Samantha? Para doblegar al enemigo primero debemos atacar su corazón —entonces Samy lo miró con preocupación, no le gustaba hacia dónde iba esto—. Cecilia tiene una única hija, los demás son varones; por lo tanto, tráenos a esa princesa Selena para que aquí nos divirtamos con ella mientras su madre le suplica a Leilani que se incline ante mí —a Samantha se le revolvió el estómago y le dieron ganas de vomitar.
Samy sabía muy bien qué hacía Algea con las niñas y mujeres que eran sus prisioneras..., le dio asco que ese hombre sentado en el trono fuera su padre. Había fantaseado muchas noches que le cortaba la cabeza, mientras alguien más hacía lo mismo con David... Lo único bueno de Algea es Valeria, pensó Samantha. Sin embargo, ni siquiera la tribu las dejaba vivir su amor en paz.
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Batalla de Dioses: La Reina del Mar (Batalla de Dioses, #1)
FantasyDos hermanos, dos dioses, un amor prohibido. Un regalo, una isla, un castigo. Seis reinos, seis Casas gobernantes, seis tronos. El norte regido por el feroz mar. El sur regido por las imponentes montañas. Una traición que trajo guerra eterna y cao...