Capítulo 33 (1/4)

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A pesar de todo lo que tenía planeado hacer, Chan no olvidaba las fechas importantes: el cumpleaños de su hermano Ji Hoon se hallaba próximo. De todas maneras, no recordar no era un problema en lo absoluto: su hermano mayor sabía dónde vivía, razón por la que la carta de invitación era inminente.

-¡Lee Chan!- gritó Mingyu desde la otra sala.

Sin comprender exactamente qué sucedía, Chan fue donde su mayor:

-¿Qué sucede?- inquirió confuso.

-No pretendas que no sabes quién acaba de llamar. ¡¿Por qué aún conservas su número?!

-¿De quién?- Chan estaba perdiendo lentamente su paciencia.

-¡¡Moon Jun!!

Oír ese nombre producía en el menor una extraña sensación de melancolía y nostalgia; algo dentro suyo necesitaba evocar la imagen de quien alguna vez fue el amor de su vida. Pero, otra vez, ese nefasto sentir vulnerabilidad lo irritaba.

-¿Me culpas por lo que él decide hacer?

La voz de Chan era gélida como el hielo, y su expresión (o la falta de ella, mejor dicho) producía escalofríos en el mayor.

-No...- respondió Mingyu rápidamente.

-Es simple: si no confías en mí, puedes decirlo...

Las lágrimas de Chan comenzaron a brotar, deslizándose lentamente por sus mejilla. Mingyu, al contemplar dicha escena, se sintió muy culpable.

-No es lo que quise decir. Yo...

-¡Creí que serías distinto a todos!- interrumpió Chan. Luego, con una voz quebrada y tenue, añadió: Supongo que me equivoqué...

Al escuchar eso, Mingyu se acercó a Chan con celeridad y lo abrazó fuertemente.

-Perdón- le dijo, y luego comenzó a llorar.

Las manos de ambos, colocadas unas sobre la espalda del otro, temblaban.

-No sé qué me pasó- explicó el mayor entre llanto. Y continuó: -Es que te amo tanto que la sola idea de perderte es demasiado dolorosa como para poder soportarla.

Entonces, al ver lo fácil que le resultó manipular a Mingyu, secó sus lágrimas y le dijo:

-Te perdono porque sé cuánto me quieres, y que solo estás cuidando de mí.

Ambos sonrieron y continuaron abrazándose por un rato, hasta que el sonido del timbre sonando los separó. Mingyu se dirigió hacia la puerta para ver de quién se trataba: era el cartero. Esto le resultó extraño, considerando que en la era contemporánea casi toda la correspondencia se enviaba de manera digital. A pesar de ello, recibió la carta y despidió solemne al joven.

-¿Quién era?- preguntó Chan.

-El cartero.

Mingyu observó con gran curiosidad el sobre: éste era de color negro, liso y discreto; sus bordes, recortados de manera estética y simétrica. También estaba decorado con un listón bordó, suave como la seda y de tamaño medio que, al ser desplazado, se abría automáticamente, dejando ver la invitación. Chan se acercó para leer:

"Seúl, día 14 de noviembre de 2022.

Asunto: cumpleaños de Lee Ji Hoon.

Sr Lee Chan

Queda usted informado por medio de esta misiva que el próximo día 21 se celebrará, como todos los años, el cumpleaños de nuestro querido Lee Ji Hoon.

El efecto mariposa (JuNo/H8shi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora