Luego de al fin poder deshacerse de Samuel, su obstáculo secundario, Chan sintió una libertad extrañamente incómoda. Algo, entre todo lo que hizo, estaba inconcluso.
-Sé perfectamente lo que debo hacer- se dijo a sí mismo.
Sabía Chan que no habría quien lo perturbe, pues Mingyu se hallaba en la compañía, listo para practicar diligentemente durante todo el día.
Esa misma tarde, como si de un proyecto académico se tratase, el menor se dedicó únicamente a buscar información acerca de una persona de su interés, con el fin último de destruirla. Para ello, había facilitado su tarea llamando a un detective privado:
-¿Tienes lo que necesito?- la voz de Chan era estridente.
-Por supuesto- respondió la voz del otro lado del teléfono -. Sabes perfectamente con quién estás hablando.
-Envíame toda la información que hayas conseguido y deja de hablar, Josh.
El joven del otro lado del móvil solo soltó una risa leve y cortó para, posteriormente, enviar los datos solicitados.
Chan procedió a hojear hasta que llegó a lo que resultaba de su interés:
“(...) Comenzó su carrera de baile con una sólida base en artes marciales. A pesar de que su familia poseía mucho dinero, no estaban dispuestos a financiar su vocación. Por lo tanto, tuvo que optar por la beca que ofrecía el establecimiento. Después de indagar profundamente, descubrí de qué manera logró su cometido (además de una buena cantidad de documentos que certifican mi descubrimiento)...”
-¡Así que de ese modo lo obtuviste, maldito!
Chan no podía evitar sentir euforia.
-Hoshi hyung, prepárate.
Luego de haber pronunciado esas palabras, preparó varios papeles, los guardó en un sobre grande con el nombre Soon Young grabado y luego, por otro lado, envolvió y guardó un CD. Caminó con extrema tranquilidad, dirigiéndose hacia lo del coreano. Tal y como lo había previsto, el mismo no se hallaba en su hogar.
-Estás con Hao- sonrió Chan.
Conociendo al mayor, dejó el sobre en el buzón, pues sabía que Hoshi siempre verificaba ese lugar debido a que allí llegaban algunos papeles relacionados con el Studio. Luego, simplemente regresó a su mansión a esperar a que la magia ocurriera.
Algunas horas más tarde, Soon Young arribó. Tal y como lo había pensado Chan, el mayor revisó su correspondencia.
-¿Qué es esto?- se preguntó, sosteniendo el contenido que el menor había dejado allí previamente.
Ingresó a su casa y, casi al instante, sonó el timbre. Era Hao. Había un pequeño error de cálculo en la ecuación de Chan; no obstante, y sin siquiera pensar que ocurriría así, el escenario que el coreano menor había visualizado no era siquiera un ápice más interesante de lo que se había generado.
-Pasa- dijo Hoshi, y saludó a su novio con un cálido abrazo y un beso en los labios, actos a los que el chino correspondió.
-¿Qué sucede?- indagó Hao, notando que su amado se veía algo distraído y confuso.
-Ha llegado correo extraño.
-¿Extraño?
-Un disco y algunos papeles.
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El efecto mariposa (JuNo/H8shi)
Hayran KurguA medida que los protagonistas y antagonistas deciden tomar decisiones que, creen, son insignificantes, desatan una serie de eventos futuros que conllevarán a resultados inesperados, graves, dolorosos y hasta mortales. Una historia de amor-odio dond...