La atmósfera estaba repleta de incomodidad, y el silencio era solo como un ruido blanco que aturdía a la pareja.
-¡Mingyu!- dijo el pequeño que recién ingresaba, alegre, como ignorando la escena que estaba presenciando.
-Samuel...
El de tez morena, sintiendo pudor de que su hermanito lo viera en esa situación erótica, solo pudo intentar ponerse de pie, y fingir que nada sucedió; Chan, por su parte, solo sintió intriga. Después de ver el gesto que Mingyu le hizo, se levantó, acomodó su ropa y se dirigió donde el menor de todos.
-Hola, mi nombre es...
-¡Lee Chan!- interrumpió Samuel con entusiasmo.
-Exacto.
-No vivo en una burbuja. Mi nombre es Kim Samuel, hermano menor de Mingyu- acotó con una sonrisa en su rostro.
-¿Qué haces aquí?- Mingyu estaba perplejo; nadie le había avisado que su hermano había vuelto del extranjero.
-Pues decidí realizar mis estudios universitarios en nuestro país. Aprendí mucho en España, en Inglaterra, pero quiero continuar aquí.
-¡Haces bien! Espero que sepas qué harás...
Mientras los hermanos conversaban, Chan no los oía; solo observaba al recién llegado con detenimiento: veía a un joven alto, carilindo, carismático, lleno de energía, con una personalidad interesante pero algo aniñada. Supuso, aunque no quiso llegar a ninguna conclusión apresurada, que no representaría problema alguno; supuso que no interferiría con sus planes.
-Pues yo me quedaré en alguna de las habitaciones de la planta baja, o alguna que no sea contigua. No quisiera tener que escuchar cuán pasional eres, Ming- rio Samuel.
Mingyu se sonrojó plenamente.
-No... Yo... Es que...
Una vez más, Samuel soltó carcajadas y se retiró de la habitación.
Mingyu aún seguía ruborizado, pero intentó relajarse, respirar con calma para disminuir su ritmo cardíaco.
-No habrá nada qué escuchar- dijo Chan.
El de tez morena lo miró con una mueca de confusión e intriga:
-¿A qué te refieres?
Chan se aproximó a Mingyu, le dio un empujón para que cayera en la cama, y acercó su rostro al del mayor con tanta cercanía que casi se besaban. Luego deslizó sus labios por las mejillas de Mingyu, hasta llegar a su oído izquierdo, y entonces susurró:
-Si muerdes la almohada...
En ese instante, el mayor sintió cómo una deliciosa sensación eléctrica le recorría todo el cuerpo. Una cantidad impresionante de escenarios candentes cruzaron su mente. No obstante, la vergüenza que lo invadió en ese instante, lo sacó del trance.
-¡No digas eso!
Mingyu apartó a Chan, se levantó, y se dirigió hacia la puerta con el rostro completamente enrojecido. El menor sonreía orgulloso, como si ese hubiese sido su objetivo desde el principio.
Antes de salir, le recordó a su novio que debía ir a conversar con Ji Hoon para arreglar las cosas, pues no quería que hubiese problemas familiares. El semblante del menor cambió drásticamente. Recordó que pronto sería el cumpleaños de Woozi. Mingyu estaba en lo cierto, pensó Chan. Se dijo a sí mismo que lo haría: intentaría reparar su relación con sus hermanos.



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El efecto mariposa (JuNo/H8shi)
Fiksi PenggemarA medida que los protagonistas y antagonistas deciden tomar decisiones que, creen, son insignificantes, desatan una serie de eventos futuros que conllevarán a resultados inesperados, graves, dolorosos y hasta mortales. Una historia de amor-odio dond...