Capítulo 17

115 9 0
                                    

China, Beijing

~Tres años antes~

-Wen JunHui, el profesor me escogió para que fuera tu tutor para que puedas levantar tus pésimas calificaciones, ¿y tú te la pasas tecleando el celular? ¡Y ni siquiera me escuchas! Esto se termina aquí- Jeon Wonwoo, el presidente de la clase y compañero del chino, no teniendo más opción, se levantó de la banca y arrebató de las manos del mayor el aparato.

-¿Qué demonios crees que haces? ¡Devuélveme ese celular!- Jun, por querer sacarle el aparato de las manos al menor, no midió la distancia entre la silla y su pie, haciendo que tropezara y cayera encima del coreano. Sus miradas se encontraban muy perdidas en el otro: Wonwoo no podía creer que el chico que tanto le gustaba (y razón por que aceptó ser su tutor) se encontrara mirándolo fijamente; por otro lado, el mayor nunca se había percatado de lo lindo que se veía su compañero de clase.

Sus rostros se iban aproximando, quedando así a una mínima distancia entre sus labios; estos, por acto reflejo, habían cerrado sus ojos, esperando recibir el tan esperado contacto con sus labios.

-Wen JunHui- ese llamado hizo que ambos jóvenes se levantaran rápidamente del suelo de la biblioteca -... Te he estado buscando durante horas por el colegio para irnos a casa, ya que nuestros padres me regañarán si no voy contigo, y tú estás de amoríos con este chico en plena biblioteca- reclamó su hermano menor, viéndolos muy enfadado.

Al llegar a su hogar, la madre de los chinos estaba cocinando para sus hijos.

-Jun, hijo, ¿cómo te ha ido en el colegio?- indagaba la mujer, poniendo mayor atención en su hijo mayor.

-Me asignaron al mejor de la clase como mi tutor. Se llama Jeon Wonwoo y es coreano- replicó el chino mayor, haciendo una leve reverencia a su madre.

-Me alegra tanto que te estés esforzando por tu futuro. Estoy orgullosa de ti- el chino mayor esbozo una sonrisa a su madre, divisando por el rabillo del ojo a su hermano que, en cambio, estaba cabizbajo a su lado, casi sollozando.

-Madre, mi hermano aquí a mi lado también se está esforzando cada día más- Jun, esperando a que su progenitora halagara de igual forma a Ming Hao, quedó sorprendido y dolido por el accionar de la mujer.

-Ahora no puedo, estoy llegando atrasada al trabajo. Hablamos luego. Se cuidan- ese gesto hizo que el menor se levantara rápidamente de la silla y se dirigiera tristemente hacia la habitación que compartían con Jun.

Este lo siguió hasta el cuarto, encontrándolo sentado cabizbajo. Al verlo, no dudó un segundo en abrazarlo, haciendo que correspondiera al instante.

-Sé que no tendría que estar triste porque siempre, desde pequeño, mamá me trata diferente por ser adoptado casi a la fuerza pero duele. Pero ya decidí: si no puedo recibir su cariño, solo me voy a conformar con otro cariño: el de hermanos- estos deshicieron el abrazo para posar su mirada en el otro.

-Por su puesto que siempre vas a poder contar conmigo. Eres el mejor hermano que pude tener-.

La vida de Ming Hao no había sido color de rosas como lo fue la de Jun Hui. A los tres años de edad había perdido a sus padres biológicos en un accidente automovilístico; sus demás familiares solo lo ignoraban; no querían hacerse cargo del pequeño Xu. Por ende, las autoridades judiciales decidieron darle la tenencia al mejor amigo del padre del menor, quedándose así la familia Wen como tutora.

Desde que el pequeño pisó el hogar la señora Wen, no tuvo un buen trato con este ya que, según ella, no era su hijo. Con el señor Wen fue distinto: si bien sí lo adoptó como su hijo, su trato con su hijo mayor y Hao no eran iguales. En cambio, con su nuevo hermano Jun, mayor que el por un año, lo trataba muy amable, cortés y cariñosamente.
Bien sabía el chino mayor, o lo supo con el tiempo, que no eran hermanos de sangre. Poco le importó, ya que lo único que este quería era tener un hermano.

El efecto mariposa (JuNo/H8shi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora