Una vez de regreso a casa, Hao se sintió más satisfecho que nunca. A pesar de el hecho de que cada uno de sus planes siempre resultaban tal cual como él los diseñaba, la inefable sensación de gloria que experimentaba era tan grande que no podía evitar sonreír. Pensó en sí mismo primero, como era usual; luego, en su hermano y en lo feliz que lo haría estar con la persona que amaba. En este punto, todo lo que hacía falta para concretar la estrategia que había llevado a cabo era que los lazos se fortalecieran cada vez más con el paso del tiempo. Ya nada podía salir mal.
Se suponía que esta tarde, casi noche, sería tranquila y aburrida para Hao, pero el leve sonido de alguien golpeando su puerta lo sorprendió falsamente.
-¿Hay alguien ahí?
Esa voz temblorosa era inconfundible. Solo podía ser de una persona: alguien temeroso de ser recibido por el joven equivocado; temeroso de ser recibido por Jun. Sin pensarlo mucho, Hao abrió la puerta.
-¿Soon Young?- fingió estar anonadado Hao.
Al ver a Hao, Hoshi, vehemente, lo abrazó, dejando a su receptor sin saber cómo reaccionar.
-Lo siento- se excusó Hoshi, ruborizado, luego de notar que no fue correspondido.
-Ha sido inesperado- explicó Hao -pero no es necesario disculparse.
Hoshi observó su alrededor por detrás de Hao, como buscando a alguien.
-Mi hermano no está en casa- dijo Hao -. ¿Quieres pasar?
-Pero...
-Sé que no vendrá en toda la noche.
Hoshi se sintió un tanto dubitativo pero, luego de unos segundos, accedió.
-Tu casa es muy acogedora- acotó y sonrió el surcoreano.
El chino sonrió a modo de respuesta, luego tomó a Soon Young de la mano para guiarlo. Al ingresar en la habitación adyacente, se encontró con un escenario totalmente inimaginable: en una bella pequeña mesa de color oro se hallaban colocados dos platos blancos de porcelana, cada uno bajo un individual rojo; dos copas vacías; un florero, impoluto, de cristal como centro de mesa, lleno de rosas rosas, rojas, anaranjadas, y matizadas blancas y amarillas. Además, para hacer que todo fuese aún más de ensueño, un precioso candelabro, también dorado, con detalles hechos de cristal que simulaban diamantes.
-¿Qué es esto?- preguntó perplejo Soon Young, mientras su ritmo cardiaco se aceleraba debido a la maravilla que sus ojos contemplaban.
-Normalmente, así comemos junto a Jun- explicó Hao, como si tanto lujo no fuese nada para él -. Ya que no está presente, puedes cenar aquí, conmigo.
La propuesta de Hao sonaba casi romántica para Hoshi, quien se sonrojó y no pudo disimularlo. Hao, al notar esto, acortó mucho la distancia entré él y el mayor.
-¿Quieres probar lo que tengo para ti?- el subyacente mensaje de Hao era obvio.
La cercanía entre los labios de ambos era tanta que solo centímetros les faltaban para besarse. Hao, aprovechando la falta de movimiento de Hoshi, acarició su mejilla izquierda y lo tomó de la cintura con la mano restante.
-¿Hay algo que quisieras que te haga?- preguntó Hao, una vez más, con doble intención.
-Quiero que empecemos a comer- reaccionó Hoshi.
La atmósfera se impregnó de un silencio incómodo. Hao hizo caso a las palabras de Hoshi.
-He preparado comida japonesa para esta noche tan hermosa- dijo Hao.
-¡Amo la comida japonesa!- expresó Hoshi, con una gran sonrisa y sus ojos brillaban de felicidad.
-¿En verdad?- su sorpresa era muy falsa pero Hoshi, como en muchas otras ocasiones, no pudo percibir eso.
-Sí- su sonrisa era imborrable y contagiosa -. ¿Y qué es exactamente?
-He hecho Yakisoba, un plato que consiste principalmente de fideos fritos a la plancha con carne y verduras- explicó Hao.
-¿Estamos de festival?- rio levemente Hoshi, haciendo alusión a los matsuri.
-Esta noche quizás lo estemos.
Hoshi no podía evitar sonrojarse cada vez que oía frases sugerentes provenientes de Hao. Aunque, para ser sinceros, también le producía otras sensaciones.
La velada había sido imperfectible, tanto como la ambientación. No habían hablado sino de ellos mismos, como para conocerse mejor, hasta que Hao decidió desviar la conversación:
-¿Por qué has venido a mi casa, exactamente?
-Pues...- Hoshi estaba muy nervioso -luego de lo que pasó, sentí que necesitaba la compañía de alguien para no sentirme intranquilo.
-De ser así, ¿por qué no me has llamado para que yo vaya a tu casa?- indagó de modo detectivesco. Y añadió a continuación: -De esa manera, hubieras evitado enfrentar a Jun.
-En realidad...- Hoshi se sentía oprimido por el peso de la verdad -tú me gustas, por esa...
Antes de que Hoshi pudiese siquiera finalizar su oración o reaccionar de algún otro modo, Hao estaba besándolo: sus labios eran suaves, dulces y cálidos. A los pocos segundos se separaron y Hao observó con detenimiento a Hoshi.
-Por esto has venido- afirmó Hao.
Hoshi, como era inevitable y usual, se sonrojó.
-Eres perfecto- le dijo a Hoshi para luego volver a besarlo.
La noche parecía haberse extendido mucho más allá de una simple cena, pues el último bocado que probaron fue el uno al otro aunque, lamentablemente, no llegaron al extremo que a Hao le hubiese gustado.
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El efecto mariposa (JuNo/H8shi)
FanficA medida que los protagonistas y antagonistas deciden tomar decisiones que, creen, son insignificantes, desatan una serie de eventos futuros que conllevarán a resultados inesperados, graves, dolorosos y hasta mortales. Una historia de amor-odio dond...