El efecto mariposa (JuNo/H8shi)

Capítulo 39

MingHao se encontraba destrozado, luego de regresar de lo de Soonyoung, azotó la puerta al entrar. Y no pudo contener sus lágrimas que salían sin parar faltándole casi el aire.

Jun al oír ese estruendo bajo rápidamente hacia la sala encontrando a el menor sentado en el sofá cubriendo sus ojos con el brazo sollozando muy dolido.

El mayor preocupado fue directamente hacia su lado y tomando asiento a su lado lo abrazo siendo igualmente abrazado, dejando que Xu se desahogara en su hombro.

-Tranquilo bebé, no se que sucedió pero todo va a estar bien- el pelirubio no comprendía por que Kwon ya no se encontraba en el apartamento y peor por que su hermano se encontraba como nunca antes lo había visto.

-J-Junnie Soonyoung m-me dejó- Hao se aferraba más al cuello de JunHui temiendo desmayarse por el dolor en su pecho.

-Pero, ¿cómo puede ser posible si se notaba su amor a kilómetros? MingHao- el mayor separó el rostro del menor de encima suyo e hizo que conectaran sus miradas -¿que pasó?-

MingHao dudaba en contarle toda la verdad, por un lado se iba a desahogar y sentirse mejor diciendo todo lo que una vez oculto, pero por otro lado si le dijiese todo ¿el mayor lo perdonaría o se quedaría completamente solo?. Pensándolo bien decidió contarle todo a su hermano ya que por una mentira había perdido al amor de su vida y si Jun se iba de su lado al menos no sería por una falacia.

Al terminar de contarle absolutamente todo desde el principio se espero una bofetada, un grito, que lo dejara solo, se espero todo menos lo que hizo el mayor abrazarlo.

-Se que te equivocaste en haber falcificado o mentido, pero también se que si fuera por nuestros padres jamás hubieras llegado hasta donde estas y quiero que sepas que aquí voy a estar a tu lado bebé, eres muy valiente mi Hao Hao- el menor sollozaba entre los brazos del pelirubio encontrándose feliz por no ser rechazado por la única persona que le quedaba en el mundo, pero triste por haber perdido a Kwon.

-Se que piensas que todo está perdido con Soonyoung pero- el pelirubio separó sutilmente el rostro del pelirojo de su hombro para que fijara su vista en el -él MingHao que conozco no se rendiría tan fácil, no tiraría la toalla, ni se quedaría sufriendo, sino todo lo contrario, estaría ingeniandosela para traer de nuevo a la persona que ama a su lado y no digo que sea fácil por que la vida no lo es- esas palabras dichas por el mayor hicieron en la mente de Xu un clic que le permitió reponerse y pensar con más claridad, si pudo con sus padres, su sueño, sus enemigos podría recuperar lo que una vez tuvo, debería poner manos a la obra.

Luego de haberse lavado el rostro y con mejor semblante debería hablar de un asunto pendiente con el chino mayor, así que yendo nuevamente hacia la sala encontró al pelirubio con el celular en mano y mordiendo su labio inferior con nerviosismo.

-Wen JunHui necesitamos hablar- replicó tomando asiento a su lado espantando al contrario quien rápidamente bloqueando el aparato lo guardo rápidamente en el bolsillo de su hoodie.

-S-Si ¿de que quieres hablar hermanito?- el rubio se sentía un tanto inquieto ya que antes de que viniese Xu estaba absorto divisando las imágenes de su Channie las cuales le había tomado en su viaje a Japón. Debía admitir que a pesar de todo extrañaba con todo su ser a aquel niño de cabello rosa por el cual había caído completamente enamorado.

-De lo ocurrido en la fiesta de Lee Jihoon, de por que llegaste tan mal de allí y por que te derrumbaste en mis brazos, aunque adivino, tiene que ver con ese bendito niño Lee ¿verdad?- MingHao lo divisaba cruzado de brazos, no por estar molesto con su hermano sino por el hecho de que Chan estuviera jugando como si de un juguete se tratase con el corazón tan noble e inocente de Jun.

-N-Nos besamos... Con Chan-

-¿Que ustedes que?, No me digas que lo aceptaste nuevamente, Jun no seas tonto por dios, abre los ojos a la realidad ese niño no es de fiar, siempre arruina la vida de los demás entrometiéndose en dónde no lo llaman, ojalá nos dejara en paz de una buena vez- el menor cegado por la furia y el rencor que le tenía al coreano no había medido sus palabras arrepintiendose de todas ellas al menos de haberlas pronunciado en voz alta.

-Necesito salir a despejar mi mente y no no es por todo lo que me has dicho por que se que es verdad no soy incrédulo, solo que él todavía está incrustado en mi corazón y aunquee lo recalquen allí siempre haga lo que haga estará. Volveré tarde no me esperes despierto- y tomando su abrigo se dirigió hacia la puerta pero antes de poder siquiera abrirla un abrazo en su cintura lo detuvo.

-Y-Yo no lo quise decir así Junnie, enserio perdóname se que no eres idiota y que al igual que yo estás enamorado y pase lo que pase no lo vas a poder cambiar, pero que e-ese niño te tenga así me preocupa, Jun yo te quiero mucho y eres muy importante para mí pero no debería haberlo dicho de esa forma, discúlpame y si quieres ir ve- el pelirojo desarmando el abrazo quedó cabizbajo conteniendo las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.

El mayor no podía dejar al pequeño solo en su hogar, si debía admitir que esas palabras en especial la última frase lo habían hecho pensar en la vida sin su Chan pero habían cosas que debería asimilar y aceptar una de ellas la más difícil de todas sería olvidarlo, no le iba a ser nada sencillo, pero no podía dejarse caer más cuando se le venía Hao y su carrera por la cual vino primeramente hacia Corea, debería enfocarse en ello y a partir de ese momento lo haría sin ningún obstáculo de por medio.

-Sigues siendo un niño mimado por gege- el pelirubio le pellizco una mejilla al menor cosa que lo hizo levantar el rostro y reírse deslizandole una pequeña lágrima la cual quito con la manga de su sweter rápidamente -ven veamos una película, pero eso sí tu haces las palomitas, bebito-.

Y esa noche se la pasaron viendo varias películas de terror las cuales hicieron asustar al mayor y hacer reír por los gritos del contrario al menor.

-La verdad no cambiaria mi vida por nada en el mundo, siempre y cuando estuvieras tu a mi lado, mi hermano del alma y mejor amigo- pensaba el chino menor al apoyarse en el hombro del chino mayor.