44. Carla & Alex

10.5K 1.1K 189
                                    


·  C A R L A  ·

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

· C A R L A ·

No dormí nada durante esa noche. Estaba muy preocupada por Maki. ¿Estaría pasando frío? ¿Tendría hambre? ¿Estaría... bien?

Tampoco tuve fuerzas para ir a clase al día siguiente, y ni Anna ni mi padre me obligaron a hacerlo. Pasé la mañana gastando toda la tinta de la impresora en hacer carteles con varias fotos de Maki, nuestra dirección y mi número de teléfono. Después los repartí por todo el vecindario mientras iba preguntando de casa en casa por si lo habían visto.

Subí otro a las redes y le pedí a Heejin que pusiera un anuncio también en el instituto. Maki podría estar cerca, pero también podría haberse ido lejos. ¿Y si se pasó toda la noche caminando?

Cuando regresé a casa después de hablar con todos los vecinos, las piernas apenas me sostenían. No había dormido absolutamente nada y tampoco había encontrado las fuerzas para comer. Sentía que me mareaba, pero no podía darme por vencida.

Él era mi mejor amigo. Era mi familia.

Estaba tan cansada que no me di cuenta de que había alguien en casa hasta que llegué a la sala. Allí, mirando la pila de fotocopias que no había repartido todavía, estaba Alex.

Miles de pensamientos corrieron por mi mente cuando lo vi. ¿Había vuelto a casa? ¿Sabría que Maki había desaparecido? ¿Estaría preocupado?

¿Me echaría de menos lo mismo que yo a él...?

—Mi madre me llamó —dijo por fin—. Me ha contado lo que ha pasado. ¿Estás bien?

No pude responder. Hice lo único que quería en aquel momento: fui directa hacia él y lo rodeé con un fuerte abrazo. Alex no tardó en corresponderme y me acercó a su pecho con suavidad. Ya no me importaba si estaba enfadada o no con él. Solo me alegraba de tenerle a mi lado.

Sentí sus brazos cálidos sobre mi espalda, el vaivén de su pecho cuando respiraba, su cercanía... A su lado me sentía segura.

—¿Has dormido? —Preguntó—. ¿O comido algo?

Sacudí la cabeza de lado a lado, negándome a separarme de él. Sin embargo Alex deshizo el abrazo y me apartó unos centímetros para mirarme fijamente. Una de sus manos subió a mi rostro y secó una lágrima que escapaba rodando por la mejilla.

—Hagamos una cosa. Yo te llevo a repartir estos carteles por toda la ciudad y buscamos a Maki juntos, pero a cambio primero tienes que comer algo, ¿vale?

Tragué saliva con fuerza porque tenía la boca seca y asentí.

—Está bien.

Alex volvió a atraerme de nuevo hacia él en un abrazo, y menos mal. Sostuvo mi cabeza contra su pecho y me consoló en la sala durante los siguientes minutos.

Un Perfecto DesastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora