¿Hay algo peor que tener que preparar la boda de tu padre con su nueva mujer?
Sí.
Tener que hacerlo junto con el idiota de su hijo.
Esta historia contiene escenas maduras.
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"Solté un pequeño jadeo y pude notar el atisbo de una sonrisa en sus l...
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Cerré los ojos y los números que había apuntado del ejercicio de álgebra se juntaron detrás de las pestañas. Quedaban apenas semanas para acabar el curso, y aunque se suponía que debía disfrutar al máximo de aquel último año, se me estaba haciendo interminable.
Aquella semana en concreto estaba siendo muy larga. A pesar de nuestra charla en los columpios, Alex y yo apenas habíamos podido volver a pasar un tiempo a solas en la casa. Y si conseguíamos unos segundos, en seguida uno de nuestros padres aparecía. Jamás me había dado cuenta del poco espacio que había hasta aquel momento.
Pero después de la charla en el parque todavía necesitaba concretar un poco más. Entonces, ¿éramos algo? ¿No éramos nada?
Él... ¿me quería? ¿En pasado o en presente también?
Alex Walker era una incógnita para mí.
El timbre sonó y guardé apresuradamente todo en mi mochila. Salí de clase directa a las taquillas y en seguida me encontré con Heejin, que había ido a buscarme. Me entregó una chocolatina que agradecí y juntas caminamos hacia la biblioteca. Teníamos que quedarnos la siguiente hora para hacer la tarea antes de regresar a casa.
—Y dime... ¿vendrá a buscarte Alex?
Mandé una mirada envenenada a mi amiga mientras me dirigía a la primera mesa que vi y tomaba asiento. Ella era la única que sabía todo lo sucedido y a veces me arrepentía seriamente de contárselo. Seguro que Olivia no se burlaba de mi tanto como Heejin...
Pero necesitaba una confidente y era ella la persona en quien más confiaba.
—Puedo irme a casa sola.
Heejin tomó sitio a mi lado y sacó el estuche de la maleta.
Abrí el libro e hice el amago de estudiar, aunque apenas era capaz de estudiar ninguna frase de las que estaba leyendo. Heejin se sentó a mi lado y juntas comenzamos aquella silenciosa sesión de estudio, hasta que de pronto una pelota de papel botó delate de mis narices.
Pensé que se habían equivocado pero cuando alcé la mirada y encontré los ojos claros de Liam buscando los míos. Sacudió una mano hacia mí y yo lo hice de vuelta, con el bolígrafo entre los dedos.
Seguí la dirección de su mirada hasta una bola de papel arrugada a un lado de la libreta de Heejin. Lamentablemente, ella lo agarró antes de que yo pudiese alcanzarla.
Se rió y eso en parte me relajó, no podía ser nada malo. Cuando me la pasó desenrosqué el papel que ya estaba a medio arrugar y leí las siguientes palabras:
"¿Cena en mi casa?"
Estaba a punto de contestar que no cuando un nuevo papel se estrelló contra mi frente. Lo tomé a tiempo antes que mi amiga y lo abrí.
"Di que sí, por favor"
Se me hizo un hueco en el corazón. Como mínimo le debía disculpas, una explicación de por qué había estado aceptando citas con él hasta ahora. Aunque no sabía a qué me llevaría lo que estaba sucediendo con Alex, tampoco quería jugar a dos bandas.