Mi abuelo fue aún más difícil que mis papás. Él te saludo de mano. Él no te sonrió. Ni te dijo que te veías bien. Ni te pregunto que ibas a estudiar o sobre tu familia. Él se limitó a analizarte toda la tarde.
Cuándo ya nos teníamos que ir te dijo que te esperaba el próximo sábado para una partida de cartas.
Supe que te había aceptado en ese momento.

ESTÁS LEYENDO
Lúan
Romans¿Puede una historia de amor jamás tener final? ¿Cuál es el límite? Esta es la historia de Lu, la chica que deseaba ser querida. Y de Lúan, el chico que la quiso, aunque quizás no de la manera correcta. Porque en la vida, siempre hay personas que te...