67

2 0 0
                                    

Pero amaba a mi esposo, y amaba mi vida. Y no iba a dejar ninguno de los dos por ti, porqué sabía que ibas a encontrar una excusa para volver a alejarte, para irte, porqué nunca te creíste merecedor de mí y yo ya no estaba para rogar por ti.

Recuerdo con exactitud lo que pasó luego, te aleje de mi, te di una cachetada y te grité que eras un idiota. Tu respondiste que me querías.

–Yo ya superé esto. Que tú no puedas hacerlo no es mi problema. –respondí.

Ese fue el final de todo en Milán, dos días después te entregué el vestido acabado de tu hija y volviste a desaparecer de mi vida.

LúanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora