Culpe durante mucho tiempo a tu hija de todo lo que había pasado entre nosotros.
La culpe de no haberme permitido recuperarte cuando aún teníamos veintiuno. Con los años, aprendí a perdonarla, y me di cuenta de que todo lo que había pasado entre nosotros había sido exclusivamente nuestra culpa. Pero ese día no, ese día odié por primera vez a alguien. Odie a tu hija. Odie que hubieses avanzado sin mí. Odie que esa niña no fuera nuestra. Odie que tu futuro hubiese empezado sin mí. Y luego de unas horas tomé el avión de vuelta a casa, sin recuperar lo que habíamos tenido.

ESTÁS LEYENDO
Lúan
Romansa¿Puede una historia de amor jamás tener final? ¿Cuál es el límite? Esta es la historia de Lu, la chica que deseaba ser querida. Y de Lúan, el chico que la quiso, aunque quizás no de la manera correcta. Porque en la vida, siempre hay personas que te...