E V A N
─Tenemos que hablar ─dijo Baelfire desde la puerta de mi cuarto, cruzado de brazos con su chaqueta de cuero sin mangas puesta.
Yo, desde la otra punta de la habitación con las sabanas lavadas que debía poner en el colchón antes de dormir, levanté una ceja.
En la noche era el mejor momento para armar una cama.
─¿Sobre tu mala costumbre de usar mi baño en lugar del general? Bael, si es mío, no es tuyo. Ley de vida.
─Honestamente, te pelearía, pero esto es más importante ─se acercó y se acomodó del otro lado, agarrando una punta de la sábana para ayudarme; rodé los ojos─. Quiero saber cuál es tu relación con Darcy Ginnylle y en qué quedó lo de Mon.
─Soy un fiel creyente de que eso no te incumbe así como a mí no me incumbe el hecho de que hagas apuestas ilegales online, jovencito.
─Mientras gane no debería importar, sostengo. No olvidemos que mi ropero es todo mérito mío ─sonrió─. Pero esto es mera curiosidad.
Sacó su teléfono, pero no le di importancia y seguimos armando la cama. Consideré mi respuesta.
─Mon y yo terminamos a inicios del mes pasado. No hay mucho para decir. Ginnylle es una amiga.
─¿Y la traés a casa?
─Jamás traigo a nadie, ¿me lo van a reclamar tú y tu culto de hermanitos furiosos?
─Es que es eso, ¡nunca traés a nadie! Y ahora ella aparece dos veces en un mes y lo tomas como algo muy normal ─empezó a gritar susurrando─. ¿Es una conquista?
─No, claro que no. Es una amiga, ya te lo dije.
Acomodó el celular en su oreja.
Entreabrí los labios. Estaba en llamada.
─Entonces, ¿te importa si la invito a mi festejo atrasado? Ariela dice que si no va Darcy no la dejan venir. Su papá es estricto.
─¿Estás ligando con una chica mayor que tu hermano más grande acaso?
─No me gustan las... ─frunció el ceño y se detuvo antes de seguir. Vi como tragó saliva─ No estoy interesado en eso. No. Solo quería saber si el lugar de Mon lo iba a ocupar Dar...
Se detuvo. Lo miré enojado, soltando las cosas.
─¿Bael, estás en llamada con Darcy y acabas de decir eso? ─le pregunté lentamente.
Hizo un gesto para que hiciera silencio, escuchando del celular. Pronto se puso serio, erguido y dijo:
─Dice Darcy que ella no es ningún reemplazo y que eres un imbécil peneportante falocentrista.
─¡Ni siquiera lo dije yo! Dame el celular ─pedí e hizo otro gesto para que hiciera silencio, haciéndome parar, y qué bueno: estaba por golpearlo.
─Ajá... Ajá... Ajá... ─decía mientras a sentía en la llamada─... Ajá...
Rodé los ojos. Baelfire sonrió y cortaron.
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Entre mis flores y tu atípica ira© | CARMESÍ #2 ✔
RomanceEvan Rojas es un hombre con una sola idea en su cabeza: Conseguir trabajar en la tienda de plantas del señor Guille y heredarla cuando él se jubile. ¿Por qué? Es sencillo: Evan tiene 7 hermanos que alimentar, un padre con el que no se lleva bien y u...
