D A R C Y
Aquello debía ser una broma. Sí, era eso, una broma, era una broma pesada en la que alrededor de seis chicas estaban babeándose por Evan en la tienda, justo frente a mí.
Evan, nervioso y sonriente, levantaba las manos con inocencia esperando a que se alejaran del mostrador, donde él se había escondido segundos antes de que entraran.
Desde mi esquinita con los brazos cruzados se veía como una cacería zombie.
─Chicas, necesito que si no van a comprar algo... ─comenzó él y lo interrumpí:─ Se retiren.
Evan me miró de reojo, tensando la mandíbula.
─Darcy, ¿Podemos hablar? ─preguntó, y entre dientes dijo:─ En privado.
Rodé los ojos. «Sí, es una maldita broma».
Esa sería una larga mañana.
Evan caminó delante mío y yo me tomé el tiempo de cerrar la puerta detrás de nosotros, no sin antes sonreírle al tumulto de chicas hegemónicas y preciosas mientras les susurraba: Si lo rompen, lo pagan.
Evan me miró y me recosté sobre la puerta, viendo cómo se acercaba hacia mí y me imitaba, quedando a mi lado.
Cualquiera de esas chicas querría estar donde estaba yo. Eso, por alguna razón, me hizo sentir superior.
─Creo que es mi momento de recordarte que dijiste no tener fanáticas ─rompí el hielo sin mirarle.
─No son fanáticas, son... Son ex compañeras.
─Ex compañeras que te ven como un idol coreano, te siguieron hasta la maldita tienda y posiblemente ahora están manoseando el fumigador imaginando cómo lo usas sin camisa.
─Te siento bastante familiarizada con esa imagen mía de usar un fumigador sin camisa. ¿Por eso lo compraste?
─No intentes hacerme ver como una de tus Evanlovers ─me giré a verlo y él hizo lo mismo, dejándome señalarlo con mi dedo índice─. Ve y arregla eso. Échalas, porque no están comprando nada y estorban.
─¿Esa es la manera más sutil de celarme o ya te rendiste con eso de que pase desapercibido?
Con los brazos cruzados, de costado y apoyado en la puerta, Evan se acercó un poco más. La luz tenue de la lámpara de la sala de descanso nos iluminaba, apenas lo suficiente para vernos. Desvié mis ojos al sillón, al televisor viejo, al librero, y después volvió a él.
Mi ceño se frunció y bajé la mirada. Sentía mi corazón latir rápido.
─Quiero que se vayan ─me limité a decir.
─Primero, dime lo que estás pensando o por qué pareces tan molesta.
─Parece que adoras que te anden comiendo con la mirada y crean que eres muy atractivo y perfecto. Me molesta eso. Tu actitud.
─¿Mi actitud de “No sé qué carajos hacer ante estas situaciones”?
─¡No, tu actitud de “Adórenme, soy todo suyo”!
─Yo no tengo esa...
─Claro que la tienes, cielos, creí que estabas destruido por lo de Mon pero sigues exactamente igual de idiota que en secunda...
No me había dado cuenta de cuándo habíamos levantado la voz, pero él me miró con una ira en los ojos que jamás había visto. Su mandíbula se tensó, inclinó la cabeza.
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Entre mis flores y tu atípica ira© | CARMESÍ #2 ✔
RomanceEvan Rojas es un hombre con una sola idea en su cabeza: Conseguir trabajar en la tienda de plantas del señor Guille y heredarla cuando él se jubile. ¿Por qué? Es sencillo: Evan tiene 7 hermanos que alimentar, un padre con el que no se lleva bien y u...