E V A N
Frente a mí yacía el próximamente cadáver de Baelfire Rojas, de rodillas, con las manos sobre la cabeza.
─Tendrás que explicarme qué hacías en la casa de los Montiel, jovencito, y por qué mi maldito jefe llamó diciendo que habías cometido allanamiento ─exigí. Él volvió a quejar en el piso de la sala─. Otra vez.
─¡En mi defensa, la última vez fue porque Cole Kingston me debía dinero!
─Explica o me encargaré de que vuelvas a la correccional infantil. No creo que te guste convivir con otros adolescentes.
─¡Ya, ya! Te digo ─bufó y me crucé de hombros, esperando─. Es así, me pareció extraño lo que dijiste el otro día.
─¿El otro día?
─Sí, entre los lloriqueos por no ver a Darcy y que le fuiste a dejar un jodido regalo increíblemente romántico a su puerta...
─Le di una camiseta de Mon Laferte en una caja de zapatos, Bael, no empieces.
─¿Me vas a dejar contar o no? ─levantó una sola ceja, asentí cansado─ Bien. Entre eso y aquello, en una cena dijiste que estabas cansado porque el nuevo horario era prácticamente inútil, porque de noche no va nadie a una tienda de plantas.
─Sí, ¿y?
─Y que tampoco van tan de mañana, Evan ─dijo obvio─. Es evidente que alguien cometió un error con los horarios, y tendría sentido que fuera intencional, pero solo si alguien tuviera un motivo para eso.
─¿Crees que un anciano quiere interrumpir tu fanfic romántico o qué?
─No, ¿pero el ex novio de Darcy no es el nieto del señor Guille? ─mis ojos se abrieron después de estar alrededor de dos segundos pensativo, entonces, Bael sonrió pícaro─ Y adivina qué descubrí.
─¿Una orden de arresto por allanar la casa de un viejo?
─Cerca ─rió─. Te resumo, tenes una cena pendiente este viernes. Hoy es... Martes, así que hay tiempo. Tu nuevo turno es mañana de una a cinco.
─Pero ese es... El turno de ella. ¿Podré verla? Bael, eres un ángel.
─Ey, ey, obviamente te la vas a cruzar, pero no vas a verla verla, se verán recién en la cena del viernes, en donde podrán hablar y babearse. ─se levantó, fingió tener lentes de sol falsos e invisibles, se los puso y dijo:─ ¿Yo? Casamentero. Y lo mejor es que paga el viejo.
─Déjame adivinar: Ginnylle segunda también está involucrada.
─Literalmente, ella rompió la ventana para que yo entre.
─¿Por qué ella no estaba cuando te fui a buscar?
─Puede que yo le haya dicho muy dramáticamente que si ve o escucha algo me deje ahí.
─E imagino que ahora te das cuenta de que ella es muy leal.
─¡No pensé que fuera a abandonarme, Evan! Como sea, ella está en casa de Guille ahora... Con invitación. Hay que ir.
Negué con la cabeza, desaprobando, aún si él se levantó y me dio las llaves. Íbamos al auto, cuando por alguna razón, mi corazón latió con más fuerza.
«Ver a Darcy después de días... Podría hacerme sentir...»
Inspiré hondo. Bael abrió la puerta del coche.
«Darcy ya me hace sentir algo».
A R I E L A
─No puedo dejarte pasar ─dijo Molvai con cara seria. Su cabello castaño claro caía por sus ojos, así que se lo acomodó─. Lo siento, prefiero que nadie de tu familia esté cerca mío, podría ser...
─Peligroso y Blah Blah Blah, ¿eres tan amable de dejarme pasar así golpeo a tu hermano? ─dije cansada. Él frunció el ceño.
─¿Por qué golpearás a mi hermano?
─Porque estoy muy segura de que tú no cambiaste los horarios, ¿no es así? Tú no enviaste ese mail. Te conozco, intentas alejarte de ella desde hace demasiado. Déjame informarte que tu hermanito se está metiendo en temas de adultos. Y lo voy a golpear.
─Para demostrar tu madurez, vas a golpearlo ─habló irónico, apoyándose en el marco de la puerta.
─(...) Sí. Ahora, Molvai Rodrigo Montiel, déjame pasar.
Bufó y una sonrisa de lado apareció en su rostro, lo que me hizo tragar saliva.
Justo después, escuché cómo gritaba el nombre de su hermano, y Manumi bajó por las escaleras, escandalizándose cuando me vio.
─Ex cuñada... Hola, ¿qué tal? ¿Gustas un vaso de agua? ─preguntó. Le temblaban las manos y casi que podía ver una gota de sudor bajando por su frente. Molvai dio media vuelta, sonriendo.
─Encárgate, cualquier cosa, grita y vendré ─me dijo sin mirarme, esa frase me hizo inspirar─. No tan fuerte, por favor.
─Seré gentil.
Molvai me dejó pasar y cerré la puerta detrás mío.
Esa sería una tarde muy larga.
❀❀❀
ESTÁS LEYENDO
Entre mis flores y tu atípica ira© | CARMESÍ #2 ✔
RomanceEvan Rojas es un hombre con una sola idea en su cabeza: Conseguir trabajar en la tienda de plantas del señor Guille y heredarla cuando él se jubile. ¿Por qué? Es sencillo: Evan tiene 7 hermanos que alimentar, un padre con el que no se lleva bien y u...