36 | Al diablo, úsame

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D A R C Y
31 DE DICIEMBRE

Finalmente era año nuevo. ¿Qué era lo que decían los adolescentes en sus estados de Whatsapp en estas fechas? ¿«2000 y tanto, sorpréndeme»? ¿«No voy al baño desde el año pasado»? No me sorprendió entrar a Instagram y ver en mi feed un post que decía «No me ducho desde el 2013».

«Pero el 2013 fue hace varios años...» pensé y salí de la app.

Intenté recordar el 2013, pero todos mis recuerdos me llevaron a donde estaba ahora, nostálgica. Y es que cielos, estaba ahí, frente a la casa de Evan, quien ahora era gerente de la tienda de plantas. Mon había renunciado para centrarse en sus estudios, yo era su única empleada decente y Manumi era básicamente el soltero más codiciado ahora que medio distrito lo había visto sin camisa con el fumigador.

Repetí en mi cabeza: «Única empleada decente».

Abrí la puerta de los Rojas con la llave, no escondida debajo del tapete sino debajo del perrito de arcilla junto a la puerta. La cerré detrás de mí presenciando la escena.

Sonaba una canción de Mariah Carey bajito mientras que la nieve tapaba las ventanas porque en Amarillo las fiestas eran en Invierno, Percy peinaba los rizos de Zac y Maddie los de Rowan mientras los niños quejaban y Gamora se ponía sus aretes en el espejo junto a la puerta de la cocina. A mi derecha, en el comedor, Javier y Finnick estaban acomodando la mesa y demás cosas para la cena, y a mi izquierda, en la cocina, me esperaba Evan.

Mi no novio Evan, mi amigo enamorado Evan, que sabía que me gustaba mucho, pero que aún no parecía querer avanzar en nuestra relación.

Suspiré pensando en eso, sin castigarlo en mi cabeza, y saludé en general.

─¿Qué no deberías ocupar esos brazos fuertes en cortar madera para la chimenea? ─pregunté al entrar a la cocina. Evan levantó las cejas al verme y me dedicó una sonrisa─. El panzón no va a volver, puedes encenderla tranquilo.

Evan terminó de cortar el pollo y lo puso a cocinar en la olla junto a la salsa con zanahoria y cebolla minúscula. Detrás suyo, en la mesada, habían un montón de pequeñas bolitas de masa, parecían...

─¿Ñoquis? ¿Cenaremos ñoquis? ─cuestioné boquiabierta─ Es tan laborioso...

─Digno de mi cumpleaños, ¿no te parece? ─contestó─ En unas horas, el calendario gregoriano cumple otro año y yo también. ¿Qué tal eso? ¿Habías conocido a alguien tan iconic?

─Nacer el primero de enero es impresionante, lo admito ─asentí acercándome con las manos detrás de la espalda─; ¿pero llegarás a ponerte tu ropa de fiesta para la medianoche? Estás lleno de harina.

─Planeaba solo ponerme una camisa decente, sin rasguños de los gemelos, pintura de Javier, quemaduras de Bael, manchas de las cremas de Percy... Y un pantalón que cumpla con las mismas características.

─¿No tienes algo nuevo para estrenar?

─En navidad no me regalan nada desde los diez años, Darcy, son demasiados hermanos ─rió mirando el pollo mientras lo revolvía─. No me molesta, no suele haber presupuesto y por las fiestas todo aumenta. Sería muy estúpido comprar algo cerca de...

Entre mis flores y tu atípica ira© | CARMESÍ #2 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora