29 | Te ves preciosa en azul

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D A R C Y

Terminaba de prepararme en el auto, siempre a último momento, cuando estacionamos. Mi lápiz labial rojo se había corrido un poco. Volví a bufar.

─¿Es tarde para arrepentirme? ─pregunté. Ariela rodó los ojos.

─Creo que estarás bien, así que respira. Es solo una cena.

─Sí, en donde Guille, Manumi, Molvai y Evan van a estar mirándome fijamente mientras charlamos de cosas que en definitiva no son mi fuerte, como horarios y castigos buenos para Manumi. Mi único argumento será que tengo un hermoso vestido.

─Es el mejor argumento ─sonrió y abrió la puerta─. Suerte. Paso en una hora. Come bien.

Bajé e inspiré antes de entrar.

Solo esperaba que el vestido no se manchara.

Entré y busqué la recepción general, y ahí me dijeron que mi mesa era la dieciséis. Era una mesa justo en medio de la sala, de mantel blanco y ya copas servidas. En ella estaban el señor Guillermo dándome la espalda, Manumi a su lado, Molvai al lado de Manumi y...

Evan vestía un traje verde petróleo con una corbata roja puesta. Se paró exactamente al mismo tiempo que Molvai, ambos sonriéndome, y al mismo tiempo dijeron:

─Darcy...

Desconcertados por la voz del otro se miraron. Se me bajó la presión.

Aquella sería una noche larga.

E V A N

─¿Y cuándo llegará la joven Ginnylle? Darcy, ¿así era? ─preguntó Guillermo con los ojos entrecerrados por su sonrisa tranquila. Sonreí por inercia.

Molvai a mi lado tomó otro trago de vino. Estaba seguro de que bebería uno por cada vez que se mencionara a su ex, no lo culpaba, Darcy parecía alguien difícil de dejar atrás.

Sin embargo, Molvai tampoco perdía el tiempo. Suspiré agotado cuando vi cuán atractivo era. Tenía ojos avellana, casi amarillos, un buen peso para estar básicamente buenísimo, y cabello castaño claro, muy brillante.

Eran literalmente, tan bellos que es ridículo.

─Seguro vendrá en... ─fui interrumpido por lo que mis ojos vieron, y supe exactamente que fue lo mismo que vieron los de Molvai, ya que se quedó igual de quieto.

Nos levantamos al mismo tiempo y dijimos lo mismo. Me sentí por un momento en una comedia romántica. Ambos la mirábamos igual, con los ojos brillantes y la voz gentil.

Era algo muy desubicado para todos en esa mesa. El único que parecía ignorarlo era el señor Guillermo, quien dijo que nos sentemos.

Darcy se puso junto a mí. Su perfume de cereza inundó todo mi cuerpo. Una media sonrisa intentó aparecer en mi rostro, pero no lo permití. Estaba demasiado ocupado reviviendo cómo se veía. Traía aretes de broche, un vestido con escote en V, tacones...

Necesitaba echarme agua en la cara cuanto antes.

─Gracias por invitarme. ¿De qué querían hablar? ¿Podemos pedir comida? Muero de hambre ─dijo ella y Manumi llamó al mesero.

Entre mis flores y tu atípica ira© | CARMESÍ #2 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora