E V A N
AÑOS ANTESVomité en el baño otra vez. Aquello era penoso.
─¡Vamos, Rojas! ¿No encuentras un pez ahí? ─rió Douglas cuando intentó hundir mi cabeza en el inodoro. Exhalé por la nariz.
─Suéltame ─pedí otra vez.
─Solo porque hoy casi no te quejaste ─bromeó de nuevo, y de a poco sentí que su presión se iba. Mi cabeza podía volver a levantarse y oí la puerta cerrar.
Entonces me levanté con lentitud, viendo mis lentes rotos, mi identificación de autobús que a los trece, dentro de tres meses, se vencería, y una tarjeta de recomendación que me había dado una orientadora de preparatoria privada un día antes.
«Tienes un gran futuro» había dicho.
─Sí, claro ─respondí yéndome a lavar la sangre de la nariz. Me miré al espejo del baño de paredes bordó, y jodido, molesto, triste, me pregunté:─ Eres tan prometedor, Evan, ¿por qué no puedes hacer lo que los otros hacen?
De pronto escuché un quejido en otro de los cubículos. Las puertas y paredes rojas me desorientaban a veces por la intensidad del color.
─Es el baño de niños, ¿por qué estás ahí dentro? ─pregunté al aire. Hubo un silencio de pocos segundos.
─No creí que hubiera nadie... ─dijo la voz del quejido. Parecía ser de una niña, como ya había sospechado─ Digo, nadie suele entrar aquí...
─Suelen entrar niños con ganas de orinar, porque es el baño de niños...
─Ya pero, ¿quién en su sano juicio entra al baño de varones?
Rodé los ojos y abrí la puerta de un empujón.
Era una chica con el rímel corrido por los ojos como dos manchas negras grandes que goteaban. Estaba sentada en el inodoro tapado, vestida y llorando.
Me llamó fuertemente la atención que su vestido era increíblemente largo y gris, y estaba como hecha bolita, con los brazos tapando el pecho.
─¿Por qué lloras?
─¿No te enseñaron que no se abren las puertas de los baños que están en uso?
─O ignora completamente lo que te estoy diciendo. Sí, eso también funciona.
─Un niño estúpido me lanzó jugo en el vestido para ver si se transparentaba... Y es mi primer día aquí. Es una estupidez, pero...
Ella abrió los brazos, mostrándome la gran mancha que le hacía marcar el brasier a la tela. Ella era ligeramente robusta, así que su cuerpo se había desarrollado más rápido, al parecer.
─Debes creer que esto es un asco ─bufó.
─Pienso que estaría muy fuera de lugar literalmente cualquier comentario que yo haga.
─¿Qué comentario querías hacer?
─No, nada. No importa.
─Dilo ─exigió. Tragué duro.
─¿"Lindos pechos"? ¿"Deberías cubrirte"? ¿"Por favor, cierra los brazos, me provoca incomodidad"? ¿"Por favor, cierra los brazos, me provoca otra cosa"? Todos apuntan a distintas direcciones de la conversación y aún así todos son malditamente inapropiados.
Ella soltó una pequeña risa. Sonreí por inercia.
─¿Tú por qué estás mojado? ¿También quieren ver tus atributos? ─preguntó de la nada, sacándome de mis casillas. Mis ojos fueron a mi pecho, que estaba húmedo.
─Me metieron la cabeza en el inodoro.
─Ah, ¿eres un nerdo?
─¿Tú no? Creí que lo eras. Tienes la vibra de «Inteligente pero bulleada».
─Lo soy ─sonrió y su rostro cambió a un tono más rojizo. Se acomodó el cabello y se levantó, viniendo hacia mí─. Soy Montserrat Ravell. Es un placer.
─Un gusto, Evan Rojas... ¿Salimos?
─¿Y que me vean así? Ni de chiste.
─Iremos a Dirección. Ahí te darán algo para cubrirte y a mí otra camiseta. Entenderán la situación, el director Winward Finnick es muy amable.
Extendí mi mano y Mon la tomó, dudosa. Salimos de ahí agarrados. Al cabo de unos segundos, pregunté:
─¿Y qué te trae a esta escuela, Mon?
Ella pareció dudar de su respuesta esa vez, rodando los ojos.
─Mi zaidre está buscando a su hijo, lo dio en adopción hace unos años y hace unos meses decidió comenzar a buscarlo ─dijo desinteresada─. Se llama Finn.
─ ❀ ─
D A R C Y
ACTUALIDADEntré por la ventana con el mejor de los sigilos, mi único error fue hacer rechinar el piso al pisar demasiado fuerte. Cerré los ojos con fuerza. Entonces se prendió la luz.
─Habitación incorrecta, aunque estoy sorprendido de que entres por la ventana ─dijo papá desde su cama─. ¿Qué hacías afuera?
─Solo subí al techo.
─¿Desde cuando subes al techo? ─frunció los ojos.
─Me relaja, por alguna razón.
─A dormir.
─A eso iba.
Cuando caminé a paso rápido a la puerta, papá me interceptó.
─¿Todo bien con el chico del otro día?
Fruncí el entrecejo y di media vuelta.
─¿Cómo que “Del otro día”?
─Vino a dejarte un paquete y no me dejó abrirlo. No quise hacerlo, de todas maneras, no tengo ganas de encontrar cosas que no me gustarían ver ─hizo una expresión de asco. Recién ahí noté su pijama celeste de bananas─. Está en el closet, tómalo.
Me fui hasta su closet, que era un placar enorme marrón oscuro. Abrí la puerta y debajo de las perchas con abrigos colgados estaba una caja grande, como de zapatos.
─Papá, ¿cómo supiste que amabas a mamá?
Papá frunció el ceño otra vez, sonriendo.
─Nunca había visto algo tan especial como ella ─sus ojos fueron al techo. Sabía que la estaba imaginando─. Su cabello increíblemente rizado, sus ojos brillantes y grandes, su voz, tan dulce... Ella siempre fue tan dulce... ─sus ojos se cerraron─ Tan tierna mi Liliana. La amaba con todo mi corazón.
Tragué saliva con un nudo en la garganta. La luz tenue de su lamparita no me dejaba ver la mitad de su rostro, pero podía imaginármelo. Papá había perdido a mamá muchos años atrás, lo único que no me imaginaba era el dolor.
─Uno siente esa paz en la otra persona. Un revoloteo pequeño, y después calma. Tranquilidad. Amor, no necesidad. No querer poseer algo, sino adorar que exista.
Su mirada volvió a mí, sonriente.
» Cuando conozcas a quien amas, sabrás, porque no sentirás necesitarlo para ser feliz, sino querer que lo sea contigo, y esperarlo hasta que esté listo. Como un bebé que está por nacer.
Sus ojos se cristalizaron.
» Como yo cuando tú estabas por nacer. Ese es amor del sano.
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Entre mis flores y tu atípica ira© | CARMESÍ #2 ✔
Storie d'amoreEvan Rojas es un hombre con una sola idea en su cabeza: Conseguir trabajar en la tienda de plantas del señor Guille y heredarla cuando él se jubile. ¿Por qué? Es sencillo: Evan tiene 7 hermanos que alimentar, un padre con el que no se lleva bien y u...