E V A N
─Percy, encárgate de los gemelos. Javi, no toques la cocina. Finn, encárgate de que Javier no toque la cocina ─pedí mientras repasaba una lista simple. La casa estaba con al menos veinte personas más de lo usual─. ¿Puede alguien decirme dónde carajos está Bael?
Se me iba a salir un ojo del estrés. Mi casa estaba llena de adolescentes bebiendo Monster, mi papá llegaba en dos horas y justamente mi única invitada no había...
─Creo que está afuera recibiendo personas aún ─escuché la voz de Darcy detrás mío, lo que me hizo girar levantando un poco las cejas─. Hola, Evan.
Mi terror se había vuelto realidad.
─Estás muy muy bonita ─murmuré, ella sonrió como de costumbre.
«Su costumbre es ser muy muy bonita» pensé mejor.
─Gracias, tampoco te ves tan mal. La camisa oscura con pokemones debe volver locas a tus fanáticas.
─No tengo fanáticas, Ginnylle, pero gracias por el cumplido. A mí de verdad me... provoca emociones agradables tu vestido.
Ella levantó las cejas de golpe, abriendo muchísimo los ojos. Recalculé lo que había dicho.
Cielo santo...
─No, o sea... Quiero decir... No quise...
─¿Hay algo para beber o ya te lo acabaste todo? Hay que ponerte muy ebrio para que digas esas cosas ─bromeó─. ¿Vamos arriba? Ya le di mi regalo a Bael.
─¿Arriba? ¿Por qué quieres ir arriba? ─cuestioné y ella tomó mi mano, empezando a caminar.
Mis ojos bajaron lento por su espalda, dejándome ver que la tenía descubierta. Aparté la mirada con rapidez.
─Bueno, me diste la orden, ¿cierto? No quisiera desobedecer.
«Cierto, la invitación» recordé y dejé la lista en uno de los muebles antes de la escalera. Maddie podría supervisar a los adolescentes jugando estupideces, decidí atender aquella situación.
Subir las escaleras detrás de Darcy no parecía mala idea.
Pronto llegamos al pasillo y se atrevió a preguntar:
─¿Cómo llegaremos al techo? ¿Tienen una escalera o...? ─la metí en mi habitación, abriendo la ventana─ No.
─Darcy, no es tan alto.
─No, no, y no ─negó con la cabeza. Me acerqué a ella tomando sus mejillas en mis manos y pegando su cuerpo al mío─. No saldremos por tu ventana ni escalaremos...
─Darcy.
─¿Sí, señor Adoro las distancias cortas?
─Dijiste que no ibas a desobedecer ─sentencié con la voz más gruesa que pude poner─. Vamos arriba, sube conmigo.
Ella inspiró con fuerza, casi dándose ánimos, y después asintió.
Primero salí yo por la ventana, escuchando el sonido de la música de abajo y viendo las luces de distintos colores regar el patio por las ventanas. Extendí mi mano desde afuera.
La pelirrosa la tomó con duda, impulsándose sobre su pie para subir y agarrarse de una enredadera. Para cuando subimos se había quedado sin aire.
─Recuérdame nunca más decir que no te desobedeceré ─pidió entre suspiros─. Y bien, ¿qué hacemos aquí?
Sonreí ligeramente al ver cómo la luz caía sobre su piel acaramelada. Su cabello rosado se veía puro y sus ojos habían tomado un color interesante.
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Entre mis flores y tu atípica ira© | CARMESÍ #2 ✔
RomanceEvan Rojas es un hombre con una sola idea en su cabeza: Conseguir trabajar en la tienda de plantas del señor Guille y heredarla cuando él se jubile. ¿Por qué? Es sencillo: Evan tiene 7 hermanos que alimentar, un padre con el que no se lleva bien y u...