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GALLETAS DE CHOCOLATE.

ROSÉ


La rubia despierta sobre el cuerpo de lisa, no sabe en qué momento se quedó dormida, pero era inevitable gracias a la paz y la tranquilidad que le brindaba el cuerpo de la mayor.

Solo despertó por algún ruido afuera, entonces supone que sus amigas han llegado del instituto, se sienta en la cama bostezando con pereza, ve a lisa completamente intacta, aún en el quinto sueño, su flequillo ligeramente despeinado, su cara sin ningúna expresión y sus labios semi abiertos, largas pestañas y cejas pobladas, sus brazos algo definidos por los músculos al igual que sus piernas y abdomen, simplemente le encanta, su complexión, su personalidad, cómo es por dentro y por fuera, sabe que ha ganado la Maldita lotería con esta mujer.

Se baja de la cama con cuidado para no despertar a manoban, no es que quiera irse y dejar de mirarla como una acosadora enamorada, pero tiene curiosidad de saber cómo les fue a las chicas en el insti, y sobre todo, como estuvo el ambiente con lo de la "desaparición de Santiago".

Pero justo cuando se pone de pie para empezar a caminar hacia la puerta un celular suena incontrolablemente, rosé ve su celular alerta pero no es el de ella el que está sonando.

Ve hacia la mesita de noche justo cuando lisa empieza a removerse incómoda por el ruido, antes de poder llegar y apagarlo, la pelinegra se arrastra como puede y llega a tomar el ruidoso aparato maldiciendo por lo bajo.

-¿Si?.-Escucha cómo lisa contesta la llamada sin gana alguna, así que se sienta de nuevo en la cama para saber de quién se trata.-¿Señora choi?.-Al escuchar el nombre de su madre sus sentidos se ponen alerta, se pregunta que pasa ahora.-Yo... no lo sé aún... Si.... Justo ahora las chicas y yo vamos a tener esa conversación y prometo convencerlas de que la lleven.-Escucha lo que lisa responde frotando sus ojos y bostezando, sonríe como estúpida al ver cada movimiento de la pelinegra, le parece maravilloso el echo de poder observar a lisa solo existiendo.

Unos segundos después, la pelinegra cuelga suspirando pesadamente.

-¿Que quería?.-Pregunta rosé dudosa mientras ve como lisa se acerca a ella y deja caer su cabeza en sus piernas, no duda en hacerle mimos.

-No lo sé exactamente...-Responde somnolienta con la voz ronca y a park le parece jodidamente sexy, duda mucho que lisa sepa lo malditamente caliente que se ve cuando recién despierta, digo, se supone que luzca mal, todo el mundo luce mal cuando recién despierta.-Creo que quiere que las convenza de llevar a Irene a la fiesta de tu hermano.

Responde la pelinegra tranquilamente, pero rosé le presta poca atención por concentrarse en las caricias que esta le deja en la pierna con su mano, tal vez en otro momento no sea nada, pero ahora le está costando mucho controlarse y no quitarle todo lo que lleva puesto.

-De hecho las chicas ya llegaron así que si deberíamos tener esa conversación...-Opina rosé moviéndose para que lisa se quité de ensima, ahora sabe lo mucho que le costará tenerla cerca y no pensar en cosas sucias.

-Bien...-Dice la pelinegra sin notar ni un poco todas las sensaciones que la ha hecho sentir a la rubia en unos minutos.-Ire a ver a yuna, creo que sigue durmiendo, al parecer con las monjas no puede dormir mucho.-Dice con algo de preocupación y rosé acaricia levemente su espalda.

-Es buena chica, ojalá se pudiera quedar aquí.-Opina la rubia siendo sincera, sabe que yuna es como lisa pero más joven, con una oportunidad de convertir su presente en algo mejor que su traumático pasado.

Sempiterno (Chaelisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora