Alejándome del dolor

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Tan solo 2 meses de la muerte de mi padre y el dolor no disminuye, aumenta, es esa la razón por la que mi madre, mi hermano y yo decidimos irnos de Phoenix, la soleada ciudad de nuestra preferencia, a forks el lugar más lluvioso y que mi padre adoraba. Allí tenemos una casa, de nuestro legado familiar, que abandonamos para vivir en un lugar cálido y que regresamos para olvidar la tristeza.

-¡Bella apúrate! Se nos hace tarde-dijo Emmett bajando las escaleras con mis maletas.

-Ya voy- grite. Me despedía de mi casa, mi hogar, y también el dolor.

-Casi que no bajas perezosa- me dijo mi madre tan cariñosa como siempre, aunque yo sabía cuánto sufría por la pérdida de, hasta el momento, su único amor.

- Solo me despedía de...todo.

Llegamos al aeropuerto con el tiempo justo para el abordaje por lo que no esperamos demasiado .Me distraje con mi música e imaginándome en mi nueva escuela, mi nueva vida y todo sin...mi padre, pero no, él no querría que estuviera triste, por eso no lo haré o por lo menos no en presencia de alguien

-Abróchense los cinturones el avión está por aterrizar-dijo la azafata. Esa voz chillona me despertó anunciando el comienzo de otra vida.

Bajamos del avión y tomamos el taxi que nos llevaría a casa .Emmett habla de cómo sería todo con un innecesario entusiasmo por lo que lo decidí , no valía la pena pensar en algo que, para mí, era mentira.

Cuando entramos a la casa era hermosa, muy sencilla, pero linda; mamá nos dijo cuáles eran nuestras habitaciones, la mía quedaría a la derecha de la casa con una ventana que daba tanto al patio trasero y al delantero, pero tocaba subir escaleras y... pues no tengo mucha fuerza por eso le pedí a Emmett que me ayudara a subir las maletas.

-Claro Bell's, pero me deberás un favor.

-Como digas-puse los ojos en blanco-. Gracias.

Subimos las escaleras y no sé cómo, pero Emmett se las arregló para subir mis maletas y las suyas en un solo viaje, yo como una boba incrédula solo me quedé con la boca abierta tras tal hazaña.

-Listo, ya está, después cobro el favor- Emmett salió de mi habitación no sin antes darme un beso en la frente. Resinada y con un suspiro, comencé a acomodar mis cosas en la habitación, que era purpura muy claro con estrellas pintadas casi imperceptible a un simple vistazo. Al terminar me tumbe en la cama a pensar en todo lo que me acontecía mañana y el resto de mi vida.

-¡Bajen a comer la cena está servida!- gritó mi madre .Me desperté y mire el reloj ¡las 7! Dormí 4 hora seguidas eso era demasiado incluso para mí. Me disponía a levantarme cuando una cantidad enorme de agua cayó sobre mi cara. -¡Emmett!

-Solo te despertaba dormilona.

-¡ESTA NO SE QUEDA ASÍ!, ME OÍSTE.

-Sí, sí, como digas sólo baja ya.

Bajé en volandas las escaleras, pues olía delicioso, pero como dice el dicho "del afán solo queda el cansancio" y resulté tropezando y si Emmett no hubiera soportado mi peso cuando lo empujé me hubiera dado contra el suelo.

-¡Ay! Bella eso dolió-se quejó

-Te dije que no se quedaría así.

-Bueno chicos ya, vengan a comer que se enfría- dijo mi madre haciendo un puchero conmovedor. Comimos con trivialidades tales como: el clima, el comprar un auto, o de que no podríamos llevarnos bien esto último entre risas.

-Mañana me levantare más temprano que ustedes debo ir a trabajar-dijo mi madre-, nos los voy a despertar así que está en sus manos el levantarse temprano, Bella confió en que si él-dijo señalando a Emmett-no se levanta temprano tú lo harás ¿verdad?

-Claro, y lo despertaré como lo hizo conmigo.

Mi madre y yo reímos mientras Emmett fruncía el ceño. Me levanté de la mesa para fregar los platos y una vez terminé me disculpé, subí y fui al baño, me cepille los dientes y me propuse bañarme para una noche relajada. Salí y fui directo a mi cuarto no sin antes colocar una música suave para dormir y me introduje en la cama mientras pensaba en que, dejando Phoenix, dejaba el dolor.

Tú...IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora