- ¡Vaya! qué sorpresa, Jacob -mencionó mi hermano al palmearle la espalda.
- Bueno, me encontré a tus padres en Forks y me invitaron a cenar. -Me dedicó una mirada de preocupación a la que respondí con una sonrisa que esperaba fuera lo suficientemente creíble para evitar charlas de las que no saldrían sino mentiras de mis labios.
Pareció funcionar y mi novio se acercó a la sala de estar dónde estábamos reunidos antes y dónde ahora ya no existía pizca de tensión en el medio.
Mi madre y Carlisle entraron después de que Jacob se hubiera anunciado, contando con felicidad que ya estaban libres y podían pasar todos los días con nosotros; fue notorio, quizás solo para mí, pero en realidad dudaba de es hecho, que ninguno de los habitantes de la casa salvo nuestros padres estaba contentos con la noticia ¿quién lo estaría? Edward en su depresión, Alice preocupada y furiosa, Emmett desconcertado y tal vez tan preocupado como Alice estaba y yo, convirtiéndome en mentirosa profesional encubriendo mis sombras y las de Edward.
Me tomo lo mío, en verdad tuve que poner un esfuerzo magno para participar de sus charlas que me parecían tan fuera de contexto o quizás tan intransigentes para mi situación actual, pero pude aparentar lo suficiente para que nadie preguntara, sin embargo, cuando se hizo una muestra de luna en el cielo, con el crepúsculo adornando, supe que me iba a caer si no hacía algo, de modo que me levanté y me dirigí a la cocina.
- ¿Qué haces? - pronunció con desapruebo mi madre.
— La cena —contesté con naturalidad.
— No. Hoy la hago yo, sin discusiones, llevo tiempo sin hacerla. —suspiré cediendo, de algún modo esperaba que concentrarme en la cena me permitiera dejar la ansiedad de lado— Pero sí necesito un favor.
— Dime.
— Ya que está Jacob quiero hacer algo diferente y necesito que vayas a comprar algunas cosas.
— Sí, no hay problema, ya le digo a Emmett que me acompañe, dame la lista.
— Esme, papá quiere saber si sigues pensando en hacer...— entró Edward con su espalda tensa que a juzgar por su mirada se debía a la presencia de cierto lobo.
— Sí, Edward, de hecho podrían ir los dos, ya que están listos aquí y parece que necesitan un respiro ¿No?
Nos miramos por un mili-segundo en el que supimos que esa pregunta de mi madre no lo era en realidad, como si de algún modo ella hubiera visto nuestras penas y supiera que quizás un poco de paz era necesaria, además nos estaba comprometiendo a hacer tal como ella quería.
—Claro, mamá —respondí sin más miramientos.
Con una sonrisa de oreja a oreja en su cara, mi madre salió por su cartera y realizó una lista de ingredientes.
A decir verdad, no me disgustaba la idea de salir de compras, más que nada porque ahora no tenía que fingir estar bien, el ir con Edward me daba la seguridad, aunque sonara cruel, de que estaba tanto o más roto que yo y no me increparía con consejos que ya sabía que debía seguir, así ninguna célula de mi cuerpo conociera cómo. Edward también lucía aliviado de salir de casa, seguramente tenía la misma confianza que compartían nuestras desgracias, de que nos permitiríamos estar en la miseria del otro sin estorbar.Salimos de casa con la nieve cerniéndose sobre nuestras cabezas, sin mucho que decir, solo dejando que nuestros brazos se rozaran con nuestros pasos; una, dos, tres veces sentí la corriente, que se negaba a desaparecer, recorrer mis terminaciones nerviosas; me pregunté si en algún momento sabría si él siente lo mismo, pero me recordé que lo que yo siento es porque lo amo y él, desgarrado en vida, jamás llegaría a sentir algo, aunque mínimamente similar, a lo que yo pagaba con lágrimas.
ESTÁS LEYENDO
Tú...Idiota
FanficBella vuelve a su hogar sin su más grande amigo, su padre, luego de su muerte, con su madre y hermano para empezar en el lugar que amaba su padre, Forks, allí el amor se dará solo que las situaciones no serán las épicas del amor consagrado, porque...