El inicio de la guerra atómica 2

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-¡Te ves hermosa! quiero que ese sea el vestido- chilló Alice cuando salí del probador con el vestido morado metalizado con escote corazón y tirantes. El vestido de dama de honor.

-Alice ¿por qué no tienes un vestido? ¿por qué debo porbármelo yo?

-Porque si a ti te queda, a mi también.- me sonrió. Me devolví al probador con el décimo vestido, de los anteriores ninguno era lo suficientemente bueno. 

Suspiré. Faltaba cada vez menos para la dichosa boda- tan solo dos semanas-, cada vez menos para que Edward y yo fuéramos hermanos. En la escuela ya se habían enterado- seguramente por lo emocionada que Alice estaba o por alguna cortesana entrometida, apostaba a la segunda-, y no dudaban en hacer comentarios a mi espalda "¡Qué suerte  vivir con Edward!" "Me muero por saber como sera su relación, te apuesto a que no duran vivos" Las miradas iracundas de Tanya no faltaban, pero no se metía conmigo, al menos por ahora; increíblemente Edward tampoco había vuelto con sus comentarios felices, probablemente estaba tan apesadumbrado como yo con la noticia.

Salí con el vestido en mi brazo y se lo entregué a la vendedora.

-Alice, ¿entonces este?- lo señalé.

-¡Sí! y tenemos que buscar zapatos...- la dejé en su parloteo  y mire a la vendedora.

-Necesitamos dos, uno para cada una, para dentro de una semana ¿Es posible?

-Por supuesto- me sonrió-, les tomaremos las medidas y los haremos.

-Perfecto -le sonreí y halé a Alice para que nos tomaran las medidas. Si dejaba que  Alice estuviera como el día en el que ayudamos a mi madre con el vestido de novia...esto sería largo.

Nos tomaron las medidas y salimos en búsqueda de los "zapatos perfectos", que resultaron siendo unos negros sencillos para mi gran alegría. Regresamos a casa en el volvo de Edward, Alice se lo pidió prestado, su porsche estaba con las ruedas sin aire, para poder ir y venir de un lado al otro organizando lo de la boda. El interior era acogedor a pesar de su exterior tan frió propio de la plata.

-Fue una tarde productiva ¡apenas tardamos!

-Sí, bueno, ya son las seis, tanto como no tardar...

-Bella, sabes que no tardamos tanto.

-En comparación.

-¿Puede al menos emocionarte un poco? seremos hermanas en dos semanas.

-Alice, estoy feliz por eso y por mamá.

-Vaya que lo demuestras

-No presiones. 

-Bella, deja ya esa ñiñería con mi hermano- viró a la izquierda ya divisando el camino de vuelta a Forks.

-Él me quitó a Emmett- me defendí.

-Tú alejaste a Emmett, no confiaste en él- detestó cuando tiene razón y aborrezco más el que yo actué como una niñita. Me enfurruñé, no soportaba hablar de ese tema- Como quieras. Deberías reconocer que estás actuando mal, si tanto detestas a mi hermano deberías de dejar de darle importancia.

-No le doy importancia, él no la merece.

-No aplicas lo que predicas. Ten en cuenta que pronto serán hermanos, es algo de lo que no puedes huir.

-Alice ¿ a qué vienen esto? Lo que menos quiero es hablar de tu hermano contigo- miré por la ventana para tratar de apaciguar la ira que empezaba a surgir.

-Pero deberías hacerlo, seremos hermanas, más que amigas. Te podría ayudar a solventar tu odio irracional por él, a final de cuentas lo conozco mejor que tú y podría darte sus razones para que entraras en razón. 

Tú...IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora