Tomé esa mano como si mi vida dependiera de ella, era fuerte y grande. Empecé a subir lentamente mi mirada hacia la cara de mi salvador para encontrarme con un familiar rostro.
-¿Estas bien?- preguntó.
-Sí- susurré mirando sus ojos cafés.
Era el chico rubio que me sonrió en Port Ángeles, ¿qué hacía aquí? Él me sonrió, pero luego frunció el ceño mirando mi brazo, volteé a verlo y me encontré con una herida sangrante. Luego sentí como él se alejaba, pero luego algo cálido estaba apretando mi cabeza.
-¿Qué haces?- pregunté tratando de quitarme su camiseta de mi cabeza.
-Para. Estas sangrando, esto contenderá la hemorragia hasta que te lleve al médico.
En ese instante, me percaté de que algo escurría por mi nuca, toque el líquido y efectivamente era sangre.
-Deja que te lleve.- Me dijo tomándole en brazos mientras yo sostenía la camiseta.
El viaje al hospital de Forks fue movido en su coche, mientras me encontraba allí me pregunté como le iba a explicar a mi madre el ataque del puma, porque en el hospital la llamarían y debería, para ese entonces, tener una buena excusa.
En el hospital se apresuraron a atenderme, me llevaron a una sala totalmente blanca donde no había un solo paciente a mi alrededor; oía a lo lejos que el chico rubio daba explicaciones a las enfermeras sobre la razón de mi estado y luego oí a lo lejos que me preguntaban algo...no entendía que decía pero supuse era mi nombre y como pude lo pronuncie; luego todo se volvió negro.
Desperté y mi madre estaba sosteniendo mi mano.
-¡Cariño!
-Hola, mamá.
-Bella, ¿qué demonios hacías en el bosque? Te dije que te alejaras de él, pudiste haber muerto.
-Sí, mamá, lo sé, pero no fue así.-por poco, agregué mentalmente.
-¿Sabes lo preocupada que estaba cuando recibí una llamada del hospital diciendo que estabas desmallada por el ataque de un puma?
-Mamá, lo lamento, sé que debí hacerte caso, pero quería estar sola y...
En ese momento nos interrumpió un doctor rubio con unos ojos azules y una juventud rebosante, pero eso no fue lo que me dejo con la boca abierta, fue quien iba detrás: Edward venia tras él con su usual cara arrogante, lleva una bata de médico que lo hacía lucir realmente como modelo de alguna revista, solo que al verme su semblante pasó de la preocupación a la ira. Me giré a ver a mamá, pero estaba igual que yo solo que ella si se quedó mirando al doctor.
-Isabella, veo que eres la milagrosa víctima- dijo sonriéndome el doctor.
-Supongo- respondí.
-Pequeña, lo tuyo fue un milagro.- esta vez su sonrisa fue más comprensiva y le correspondí a ella con la mía- .Ahora, es momento de que eche un vistazo a esas heridas. El doctor empezó con su tarea, reviso mi cabeza y luego mi brazo, me ardían y la venda que había retirado estaba llena de sangre ¿cuánta habría perdido?
-Parece que todo está bien- masculló aun revisando- te suturare y te podrás ir en la mañana, pero deberás guardar reposo durante una semana.
-Gracias doctor.- dijo mi madre mirándolo directamente
-Por favor, llámenme Carlisle.- miró a mi madre a los ojos y ambos se sonreían; una por gratitud y el otro por amabilidad.
El doctor salió de la sala a buscar unas enfermeras; mi madre también salió por comida, ya que ella no había comida nada desde esta mañana. Así que me quedé sola con el rey, quien se había quedado en la puerta entornando los ojos.
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Tú...Idiota
FanfictionBella vuelve a su hogar sin su más grande amigo, su padre, luego de su muerte, con su madre y hermano para empezar en el lugar que amaba su padre, Forks, allí el amor se dará solo que las situaciones no serán las épicas del amor consagrado, porque...