Tú...Idiota

No puede ser

Hoy era jueves y Emmett ya había vuelto, según sé por lo que le contó a mamá le había ido de maravilla, habían pescado y bebido. Me molesta pensar bien de Edward, pero debía admitir que era bueno con Emmett y que si mi hermano le quiere debe ser por algo, algo que no comprendo para ser sincera.

Parecía que hoy haría buen día, me encantaba eso. Tomé ropa menos abrigada a la usual, esperé a Emmett y nos fuimos a la escuela. No sabía cómo hacer que Emmett no se de cuenta que James y yo éramos novios. Me iba a matar.

-¿En qué piensas, Bella?

-En nada- le Sonreí.

-Eres una pésima mentirosa.

-Ya imaginas cosas, Emm.

-Bella, estás muy nerviosa, puedes contarme lo que quieras.

-Y luego soy yo la mentirosa- mascullé.

-No te estoy mintiendo, sé que he sido un cabeza dura contigo, pero entiende, eres mi hermanita.- si Emmett quería tocar mi corazón lo estaba logrando.

-Emm- contarle o no, dejar que se entere por las cortesanas de sus amigas o decirlo yo.- ¿Prometes no enojarte?

-Lo prometo- giró para llegar a la escuela.- suspiré

-James y yo somos novios- Emmett estaba aparcando y frenó en seco cuando le conté; lo miré aterrada y esperando su grito; él miraba el cristal y sus fosas se dilataban.
Esperé hasta que se calmó; tardó un poco, pero finalmente habló.

-¿Desde hace cuanto?- preguntó receloso.

-El martes.- susurré 

-Vale- abrió la puerta y salió.

¿Eso era todo? ¿No iba a decir nada más? Me bajé del carro y le seguí.

-¿No vas a decir nada más?

-Eso es cosa tuya, Bella; no voy a meterme en eso.

paré en seco, ¿Emmett me estaba dando permiso? Sonreí y corrí a mi clase.

Con James no podíamos estar más felices. Con la aparente bendición de Emmett- aún no me lo creía - todo resultaba más fácil.

Las  cortesanas pasaban de mi y yo de ellas, al fin y al cabo no debía de importarme lo que hicieran. En la escuela todo era normal, ya no éramos el centro de atención, nos habían llamado "la pareja del cuento de hadas" porque James me salvó del puma y nos hicimos novios; sólo por eso le estaba agradecida a la corte real, con ellos aquí  se está como si se debiera guardar la compostura para no ver el infierno arder.

-Dale, Bella - me animaba Rose. Iba a seguir su consejo. Tomé el balón, suspire e hice el saque.
Esta vez al menos pasó la malla, al menos con éste pasaba la evaluación, además, era mi último intento.

-Bien, señorita Swan, su nota es 3.4. Señorita Denali es su turno.
Fui donde estaba Rose, sin siquiera mirar a Tanya cuando pasó por mi lado.

-Pasaste, eso ya es algo.

-Sí, pensé que iba a perder.

-Lo bueno fue un que no.

-Ojalá fuera menos torpe- me lamenté.

-Bella, la torpeza es parte de ti, te hace ser quien eres- sonrió-. Tu imagina que te tropiezas y James te salva de caer ¿No sería buena tu torpeza?

- ¿Cómo le haces para ver el lado bueno a algo así?- me reí. Ella se encogió de hombros y también rió.

Mientras reíamos vi a  Rose desviar la mirada y luego fruncir el ceño.