-Guarden un lugar para mi, ya regreso- comentó Pete al grupo de chicos con quien se había hecho amigo sus primeras horas.
Estaban en la hora del almuerzo, no conocía a nadie en esta escuela, estaba algo retirada de su casa pero tenia buenas referencias académicas y él quería entrar a una buena universidad. Revisaba él menú mientras avanzaba la fila preguntándose a si mismo cual será mejor opción.
-Te recomiendo la segunda- fue lo que le dijo el chico que venía detrás de él en la fila.
Se giro a verlo quedando en blanco un segundo mientras escuchaba su propio corazón acelerarse, lo vio sonreír y en automático le devolvió una enorme sonrisa. Atractivo, fue lo que pensó.
-¿Qué..?- pregunto aun con su sonrisa, algo distraído por ese olor a madera muy masculino de alguna colonia.
-Te recomiendo el segundo set- repitió el chico obteniendo un asentimiento de cabeza aun con la sonrisa.
-Soy Pete, de primer año- se presento cuando ambos llevaban sus bandejas con el mismo menú.
-Vegas... segundo año. A veces es difícil adaptarse, pero tienes buena actitud. Aun así.. puedes pedirme ayuda- ofreció de nuevo con una sonrisa.
-Si, gracias- de nuevo el olor a colonia lo distrajo- ah.. iré a mi mesa- volvió a revisar alrededor hasta encontrar de nuevo a sus amigos.
A partir de ese día Pete saludaba a Vegas cada que se lo encontraba en los pasillos, por mera "casualidad", con su enorme sonrisa brillante. Pasaron semanas donde solo hablaban algunas cosas triviales en la fila de la cafetería o en la puerta a la hora de salir. En alguno de esos días Pete mencionó su nota baja en una materia: inglés. Y como esto afectaría su promedio si no mejoraba desde un principio.
-Yo puedo ayudarte, si no te molesta. Puedo darte asesorías en la biblioteca si te parece bien- ofreció Vegas mientras caminaban hacia la salida.
-¿De verdad? ¡Si! Por favor- respondió emocionado dándole un abrazo sorpresivo en medio de la efusividad.
Comenzaron a pasar más tiempo juntos conforme avanzaba el ciclo escolar. Aunque no tuvieran tutorias, cada uno hacia su tarea en compañía del otro. Compartían gustos en películas, música, pasatiempos, intereses, etcétera. Para cuando termino el ciclo escolar toda la escuela traía rumores sobre qué el energético Pete de primer año había logrado enamorar al cotizado y fino Vegas.
Pete vivía solo con su padre en un pequeño apartamento, su madre había fallecido por enfermedad unos años atrás; con el seguro de vida que les quedó, su padre había decidido abrir un negocio, para poder trabajar y atender a Pete al mismo tiempo, que en ese entonces tenia apenas 13 años sin dejarlo mucho tiempo solo. Eran ellos dos, mientras Pete aplico los conocimientos qué le enseño su madre para hacerse cargo de la casa y la comida, su padre había inaugurado una panadería, no era el gran negocio pero les daba ganancias estables para ambos.
-¿Entonces tu no trabajas con el?- pregunto Vegas ante esa nueva información.
-No, dice que debo concentrarme en la escuela, quiero que papá este orgulloso de mí- estaban comiendo un helado por el clima caluroso del día.
Vegas también vivía únicamente con su padre pero por otras razones, la madre de Vegas si los había abandonado cuando él era muy pequeño, no podía recordarla. Lo único que recordaba era a su padre muy ocupado todo el tiempo, lo llevaba con él a todos lados y tenia profesores privados hasta que entro a la preparatoria y podía valerse por si mismo en casa, mientras él se dedicaba completamente a su empresa y hacía negocios para expandirse. A veces tenia ganas de conocerla y preguntar porque los abandonó pero al mismo tiempo prefería no saberlo, quizás no le gustaría la respuesta.
-Debió ser difícil para tu papá cuidar de ti con un trabajo asi- mencionó Pete terminando su helado.
-Supongo... aunque nunca estaba conmigo, es decir, me tenia en su oficina y así pero no jugaba mucho conmigo, siempre ocupado, al menos me visitaba a la hora de dormir para arroparme- Vegas se encogió de hombros.
El cierre del ciclo escolar llegó junto con las vacaciones.
-Oye...- hablo Vegas mientras caminaban rumbo a la salida del instituto- ¿Qué harás mañana?-
-¿Mañana? Es día de lavar ropa- respondió con tranquilidad Pete.
-¿Y después de eso?- respondió entre risas- ¿Quieres ir al cine?-
-Por la tarde estoy libre... Si, suena bien ¿A quien más invitamos?- pregunto con su sonrisa que deslumbraba a Vegas.
-No, solo... quiero qué vayamos solo nosotros. Es una cita- respondió con una sonrisa mirándolo de frente.
-¿Cita?- pregunto con el brillo de su sonrisa llegando hasta sus ojos- Nunca... he tenido una. Es... ¿Qué hacemos en una?-
-Solo... iremos al cine, podemos comprar algún postre. Caminar por ahí, las citas son para pasar tiempo juntos- dijo muy seguro.
-Pero tu y yo ya pasamos mucho tiempo juntos. ¿Por que es diferente?- preguntó.
-Eres tan lindo- revolvió su cabello- te estoy invitando a una cita... porque me gustas, no solo como un amigo-
Una cita se convirtió en dos, tres, cuatro y así durante todas las vacaciones. Vegas solo platicaba sobre eso con algunos de sus amigos, su padre no estaba mucho en casa así que no tenia caso. Pete se sentía algo tímido con revelar algo así pero lo atraparon un día y no pudo negar lo que pasaba, pero no se animaba a hablar con su padre, tenia miedo de que no le agradara Vegas por ser una distracción.
-No puedo. Pete... eres el chico mas lindo qué he conocido, todo en ti es hermoso, llenas el lugar a donde vayas de tu luz y energía, me haces sentir feliz con solo mirarte sonreír. Quiero tomar tu mano con seguridad a donde vayamos... me gustas mucho. ¿Quieres ser mi novio?- le pregunto Vegas en su última cita de vacaciones mientras le daba una pequeña caja color azul cielo con un listón blanco.
Y así, un día de marzo, iniciaron una relación, sincera, ingenua, inocente y en la qué ambos solo se fijaban en la sensación de la compañía del otro, eso era suficiente para hacerlos felices juntos, sin segundas intenciones.
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Overboard (AU)
CasualeVegas y Pete eran la pareja del momento, desde que se conocieron todos a su alrededor podían sentir la química entre ambos jóvenes; generando una expectativa sin pensarlo mucho. Sin embargo, todos estamos expuestos a tomar decisiones precipitadas...