PETE

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-¿Qué más?- reviso nuevamente dentro de su bolsa de tela, un cuaderno, un pequeño estuche con plumas de diferentes colores y otros utiles escolares es lo que el creía que ocuparía.

-¿Papi va?- le pregunto el pequeño Macau con sus ojitos húmedos en la cama.

-Papi ira a la escuela, Chay te va a cuidar cariño, regresaré más tarde- se acerco a abrazarlo y llenarlo de cariños.

-mhh... ¿papi hedado?-pregunto ahora confundido.

-Si, te traeré helado- dijo entre risas notando el cambio en la expresion del menor.
Pete amaba la inocencia de los niños, a veces no sabia que podría estar pasando por la mente de su hijo y en otras ocasiones no era tan difícil de adivinar.

Bajo con él hasta la cocina para servir el desayuno. Había pasado ya una semana y se sentía emocionado.
Dejo la mesa servida y reviso una vez más su reflejo en el espejo del pasillo. Se habia maquillado un poco, lo suficiente para verse arreglado pero no tan producido, algo casual del diario. Tambien llevaba ropa simple, un pantalón de mezclilla y una camisa a botones en color pastel, esperaba no parecer muy formal. Peino un mecho rebelde detrás de su oreja, recordando que su cabello habia crecido y quizás ocupaba un corte.

-¿Por que te arreglaste tanto?- escucho la voz baja de Vegas.

No habían vuelto a tocar el tema en toda la semana, solo omitieron lo sucedido en ese parque.

-Porque quiero- respondió simple regresando a la cocina donde su pequeño bebía algo de jugo y comía un poco de pan tostado con mantequilla.

-¿Por que me contestas así?- pregunto Vegas sentándose en su lugar.

-¿Así como? Solo respondí y ya. Es la verdad, tuve ganas de arreglarme y lo hice- se sentó en su lugar comiendo con algo de prisa.

-¿Chay vendrá a cuidarlo?-dijo cambiando de tema.

-Si, no debe tardar en llegar- respondió Pete dividiendo su atención entre su propio desayuno y limpiar el caos en la mesita de Macau.

-¿Lo veras hoy?- Pete soltó un suspiro al entender la referencia.

-Ya te dije que no, él solo hace papeleo- rodó los ojos irritado- Si estas en desacuerdo no debiste motivarme-

-No estoy en desacuerdo, me gusta que tengas una actividad fuera de casa pero no puedo evitarlo, me dan celos- Pete intento esconder la pequeña sonrisa.

No recordaba la última vez que Vegas le hizo sentir que estaba celoso. Más allá de los comentarios amables de Kim, no había recibido algo que generará verdaderos celos en su novio y a una parte de él, le gustaba saber que Vegas sentía eso.

La puerta de la entrada hizo ruido y en pocos segundos el joven se dejo ver en la entrada.

-¡Chay!- fue Macau quien grito entre aplausos el nombre del chico.

-Hola chiquito, te cuidare hoy- se acerco saludando con la cabeza a los dos padres.

-Listo, sabes todos los trucos, también donde hay dinero y llamame si necesitas algo- le dijo Pete recogiendo todo para poner los platos sucios en la tarja de la cocina. Después se acerco a dejar un beso en la frente de su hijo.

-¿En que te iras?- pregunto rápido Vegas para alcanzarlo en la puerta.

-Tomare un taxi- respondió dándose una última revisión en el espejo.

-Yo te llevo, vamos- le dijo abriendo la puerta de la casa.

-..Bien- no podía negarse, técnicamente no había nada malo con eso pero a Pete no le gustó tanto esa idea, aunque no entendía porque.

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