Kim

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-¿Crees que te deje por siempre en esa área?- le preguntó a Vegas mientras bebían un poco de café en la banca del centro comercial. 

-No lo sé, estoy bien ahí. Tengo mas de un año manejando las ventas y socios, incluso creo que ya no me estreso, porque estoy mas confiado en las decisiones que debo tomar- contesto mirando alrededor.

Habían pasado algunos meses, en los cuales los tres amigos se graduaron sin mayor problema. El proyecto final de Kim había llamado la atención, pero no por su destreza de propuesta, si no por la creatividad y calidad de las prendas que diseñaba su novio. Lejos de molestarlo, solo lo hizo andar orgulloso por los pasillos. 

-Que envidia. Graduarte ya con trabajo y un buen puesto- comentó mirando también alrededor.

-¿Quieres cambiar?- pregunto con una sonrisa- Al menos tu tienes el tuyo a tu nombre y estas empezando con poco sin tanto estrés de golpe- 

-Cierto, el plan a un año es suficiente para hacernos de un nombre sin tanta presión- asintió lentamente- No lo cambiaria, tu trabajo es demasiado estresante, manejar personal no es cualquier cosa- negó con una mueca. 

Gracias a su propuesta y con apoyo de un profesor, habían arreglado algunos detalles antes de ir presentarla a un programa de emprendedores, no perdían nada con intentarlo. Kim estaba seguro de que fue por el talento de Tay que les dieron el presupuesto y vieron futuro en eso. 

-¿Que tanto se pueden tardar en comprar un helado?- expresó Vegas irritado. 

-No tengo idea, a todos les gusta el chocolate ¿No? Solo deben comprarlos iguales y punto- comentó cansado- Ya, al fin- los vio caminando desde el pasillo izquierdo. 

-¿Por que tardaron tanto?- pregunto con voz suave hacia Pete. 

Kim sonrió divertido, en un segundo había pasado de ser un malhumorado tigre a un pequeño gato en presencia de su novio y su pequeño hijo. 

-Macau no se decidía ¿Algún problema?- pregunto cruzándose de brazos- Además, sabes que Tawan no puede caminar muy rápido- 

-No.. no hay problema, solo preguntaba- respondió algo apenado.

-Bien, ya es hora de irnos- Kim tomo la mano de su novio que se mantenía muy ocupado con su helado de fresa - Los veré otro día, tenemos cosas que hacer- se despidieron con la mano antes de salir del centro comercial. 

-¿Por que la prisa?- pregunto Tay llegando a la motocicleta. 

-Porque no soporto verte comiendo ese helado en publico- rodeó su cintura con su brazo. 

-¿Puedes dejar de decir cosas así?- pregunto entre risas terminando el cono de galleta con una ultima mordida. 

-No, a veces siento que haces mucho a propósito para probar mi autocontrol- se acerco a besar su mejilla quitando restos de galleta. 

-Eres un tonto. ¿No tenias prisa?- le pregunto con una sonrisa mientras quitaba el primer botón de la camisa de su novio. 

-No creo que solo sea yo...- subieron a la motocicleta para dirigirse al departamento del menor. 

Su relación había avanzado lento al principio, sin embargo, conforme los complejos del menor iban desapareciendo se permitió vivir con mas libertad su noviazgo, quitándose todas las ataduras. Kim fue el espectador en primera fila de cada pequeño paso hacia adelante.

Trabajar juntos en la propuesta de emprendedores solo los acercó mas y lograron un equipo de trabajo muy fuerte, permitiéndose ver ese otro lado de ambos, con diferencias y algunos desacuerdos de vez en cuando. Al final todo tenia una solución, se tardaban un poco pero lo resolvían y se esforzaban cada uno a su manera para no perder algo tan valioso entre ellos. 

-Kim...- lo llamó por su nombre mientras él besaba su cuello. 

-¿No quieres?- pregunto separándose. 

-No es eso...- lo abrazo cambiando de posiciones para sentarse sobre él. 

-¿Entonces?- acarició con suavidad las piernas descubiertas- Sabes que no iré mas lejos si no quieres- 

-Creo... que ahora estoy listo. Quería decirlo yo mismo- sonrió antes de rodear su cuello son los brazos y jugar con su cabello largo. 

-Te prometo que seré delicado- subió sus manos hasta la cintura buscando moverse.

-No- detuvo su agarre- Quiero hacerlo yo- lo miro unos segundos antes de iniciar un beso lento, profundo, húmedo, provocativo incluso.

-Aja... claro- respondió Kim quedando mas cómodo sobre la cama- ¿Qué tienes para mi?- mordió su labio inferior viendo como su novio terminaba de deshacerse de todas las prendas, incluyendo las suyas. 

-Conozco algunos trucos- admitió sacando un sobre color rojo, Kim no se dio cuenta de donde -¿Sabes que me encantan las fresas?- ahora fue Tay quien mordió su labio antes de cubrirse con las sabanas entre risas para comenzar con su trabajo.

-Pero... eso no- cerró sus ojos al sentir el toque frio del látex para después sustituirlo por el calor de la boca de su novio- No tienes... que- dijo entre jadeos bajando su mano en busca de la cabeza del menor, encontrándola entre las sabanas mientras jugaba con su cabello y daba algunos tirones. 

-Pero te gustó- subió cuando Kim estaba al limite de explotar, para besar sus labios de la misma forma lenta y seductora. 

-Si.. se sintió bien. Déjame hacer algo- intento sentarse para tener el control. 

-No. Tu te quedas ahí...- coloco sus manos en los hombros de Kim para volver a acomodarse sobre él- Aun no termino- le susurro al oído con un gemido comenzando a frotar su entrada contra la evidente excitación de Kim. 

-¿Por que no puedo?- se quejo sosteniendo las caderas de su novio mientras empujaba las propias hacia arriba buscando mas contacto si es que era posible. 

-Creo que... acabo de descubrir cuanto me gusta así- llevo una de sus manos al miembro del mayor quedándose quieto mientras buscaba la posición adecuada para después bajar lentamente. 

-¿Seguro?- Kim soltó un pequeño siseo, tomando con mas fuerza su cintura mientras hacia la cabeza hacia atrás a causa del placer. 

-¡Si!- soltó un gemido con fuerza cuando llego al final. 

Ambos respiraban agitadamente y se miraban en silencio, como un impulso se besaron al mismo tiempo con intensidad. Unos segundos después el menor comenzó a moverse de nuevo, provocando jadeos y gemidos entre los dos, en algún momento Kim encontró el ritmo correcto para coordinar sus movimientos. Besaron y tocaron todo lo que se pudo sin cambiar de posición, Tay estaba en verdad comprometido con mantenerse arriba durante todo el acto. Se lo había imaginado como un chico tímido y sensible en la intimidad, incluso creyó que podría ser algo cohibido o sumiso, por como le había contado su ultima mala experiencia en ello, pero ese día Kim había descubierto una faceta de su novio, que seguramente nadie había logrado sacar a la superficie y se sintió tan bien saber que solo era para él en ese momento de privacidad juntos. 

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