VEGAS

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-Anda, solo serán unos tragos ¿Si?- Vegas miro nuevamente a su compañero de universidad.

-Solo porque aún es temprano- respondió- Sube- le indicó con la cabeza hacia su auto. 

Era viernes y la semana había sido estresante, entre los encargos de su padre para ayudar en la empresa y sus clases con tareas y trabajos, sentía que apenas respiraba. Su padre estaba en un viaje fuera de la ciudad, en momentos como esos era cuando se escapaba a beber algo con sus amigos de la carrera, estaba casi por terminar su segundo año, dos más y se libraria de clases para ser esclavo a tiempo completo de la empresa.

Eran cuatro chicos, cenaron mientras bebían y conversaban sobre lo infernales qué eran algunos profesores. Reviso su reloj un momento, casi las 11:00pm, probablemente su hijo ya estaba dormido y no lo había visto en todo el día. Salio de sus pensamientos cuando dos de sus amigos se despidieron, dejándolo con quien lo había convencido de ir.

-Te ves estresado- preguntó acercándose y tomándolo de un brazo- ¿Te ayudo?-

-No, ya te he dicho que no estoy interesado- no era broma, cada que salían su amigo se le insinuaba descaradamente.

-¿Por que no?- se acerco más quitando el primer botón de la camisa de Vegas- Soy un chico bueno- acaricio su pecho.

-Dije que no Tawan- quito su mano con suavidad terminando su cerveza.

-¿El alcohol no te ha motivado lo suficiente?- susurro volviendo a acercarse rodeando su cuello con ambos brazos esta vez.

-El alcohol no me hace estupido- se quejó pero no soltó el agarre.

-Tenias muy buena resistencia en las fiestas del primer año- dijo divertido- ¿De verdad no quieres?- acerco su rostro al contrario- Tengo talento- relamio sus labios con su lengua- Puedo demostrarlo- susurro bajando una mano al muslo de Vegas.

-Ya dije... que no- respondió aun con su mirada sobre los labios del chico.

-Que aburrido, me gustabas más el año pasado- hizo una mueca pero se separo.

-Vámonos, te llevaré a casa- se puso de pie.

-Ah cierto... es tarde, tienes un novio y un hijo en casa, casi lo olvido. Qué escándalo, quiero acostarme con un hombre de familla- dijo divertido mientras volvían al auto.

-¿Por que lo haces?- preguntó Vegas encendiendo el auto.

-Es excitante, siempre quise acostarme contigo y lo sabes, pero tu noviecito empezó a rondar las fiestas y luego tu dejaste de ir- soltó un suspiro.

-Nunca le seria infiel a Pete, no importa.. lo tentador qué sea- dijo simplemente.

-Que gran hombre eres. Pero si algún día cambias de opinión dime a mi primero, tengo talento para muchas cosas- le guiño un ojo para terminar el recorrido en silencio.

Vegas regreso a su casa, estaciono el auto y se quedo ahí, su reloj marcaba casi la media noche. Otra vez se había perdido la cena, aunque ya no sabia si lo hacía a propósito o no.

Se quedo pensando mientras veía su reflejo en el espejo retrovisor.

-A veces eres muy imbecil- se dijo a si mismo- ¿Como puedo verlo a la cara? Arruine su futuro, su familia, a él mismo incluso- suspiro frustrado.

Vegas recordaba como era Pete cuando lo conoció, un chico vibrante, con la sonrisa más hermosa que había visto, sus ojos sonreían al mismo tiempo. Su voz tan tierna, su nariz perfecta, su capacidad para hacer amigos, esa chispa en su mirada cuando se vieron por primera vez y lo supo, él era el indicado.
Pero ahora ya no había nada, hacía meses que Vegas no veía a ese Pete, lo sabía, que era su culpa, pero no sabia como arreglarlo. 
No tenia tiempo, la universidad, la empresa, la presión de su padre, apenas podía con todo, no tenía tiempo para sentarse a conversar con Pete y jugar a la familia feliz en fin de semana, él siempre estaba ocupado.
-¿Donde estas Vegas?- se recriminó al mirarse con los ojos rojos- Eres patetico, buscando excusas-

Vegas era un buen estudiante, inteligente, aplicado aunque algo fan de las fiestas, no descuidaba sus estudios. Todos los conocían, era un buen chico, futuro prometedor. Conocer a Pete sólo fue un plus en su vida, se sentía tan feliz, capaz de cualquier cosa con tal de mantener la sonrisa de su novio. Buscaba por cielo, mar y tierra el modo de solucionar sus problemas, la forma de pasar tiempo juntos aunque sus horarios eran diferentes. Incluso durante su preparación para entrar a la universidad, siempre se presionaba para hacerle un espacio a Pete en su día a día. Entonces ¿A donde se fue ese Vegas dedicado a mantener enamorado a Pete? No lo sabía, solo sabia que el Vegas de hoy había acabado con la luz de Pete, siendo tan cobarde para aceptar su culpa y buscar soluciones, no se atrevía ni a dormir con él, no soportaba ver los rastros de lágrimas en sus ojos al despertar.

Salió del auto por fin para entrar a la casa, pensó en entrar a ver a su novio y su bebé un momento pero recordó la hora, debían estar dormidos hace mucho. Termino arrepentido siguiendo su camino a su habitación, fría y solitaria desde hace meses cuando le dijo a Pete qué debería dormir con Macau aparte.
Se puso ropa comoda y se acostó mirando al techo.

-Tengo que encontrar la manera de sacarte de esa oscuridad donde yo te hice caer. Lo siento- miró el lado vacío de la cama- No se como hacerlo, ayúdame... dame alguna señal por favor- susurro con su voz quebrandose al final.

Overboard (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora