PETE

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-Duele- dijo en voz baja moviéndose en la cama. Un olor inundó sus fosas nasales, madera, la colonia de Vegas. Busco la fuente siendo esta la almohada donde tenia su cabeza.
Su cadera le dolía, sentía que lo había aplastado algo, que lo estaba aplastando algo, mejor dicho. Abrió los ojos para ver a su alrededor, apenas se veía la luz del día por la ventana, sintió frías las sábanas, dándose cuenta que estaba desnudo.
-¿Qué?- sintió el otro cuerpo removerse a sus espaldas. Entonces recordó todo, con razón se sentía cansado, era el efecto de Vegas, siempre terminaba muerto de cansancio despues de hacerlo. Podía sentir sus piernas enredadas debajo de las sábanas y su brazo fuerte apretado a su cintura. Reviso una vez más encontrando moretones en sus muslos y cadera, otro efecto Vegas, dejar marcas por lo rudo qué era. ¿A quien engañaba? Pete amaba el sexo rudo con Vegas, no sabia que le gustaba tan salvaje hasta que lo vivió. Su cuello debía estar horrible con más marcas.

-Duerme otro rato- escucho su voz ronca.

-No, debo ir por Macau- con esfuerzo salio de la cama para ponerse su ropa y volver con el pequeño qué mágicamente ahora si seguía dormido succionando uno de sus dedos.
Lo dejo tranquilo aun durmiendo y se dio una ducha.

-Que locura- dijo para si mismo mientras hacía memoria de todo lo que habia hecho, se sorprendió al darse cuenta que aun tenia el toque para calentar a Vegas, más aun se sorprendió porque no lo toco con asco a pesar de que no es igual de atractivo qué antes, había quedado sinceramente satisfecho con la noche anterior, fue como revivir el pasado por un instante. Definitivamente aun había cosas entre ellos, no como él pensaba que eran dos completos extraños.
Aun así, tenia sus dudas de que Vegas si tenía sus asuntos con ese idiota de Tawan, le molestaba pensar que otro disfrutaba de su novio. Pero había comprobado qué podía tenerlo cuando quisiera, estaba seguro de que era el único que podía hacerlo llegar al clímax de esa forma, porque habían aprendido y conocido el cuerpo del otro mutuamente.

-Espera... no puede ser, otra vez no- volvió ya con ropa limpia a despertar a Vegas qué seguía dormido- Arriba.. rapido-

-¿Qué? Ven a dormir- lo jaló para abrazarlo.

-Vegas, despierta. Arriba. Necesito que compres algo- se libero del agarre golpeando su hombro, notando las marcas de rasguños qué había dejado.

-Oye.. cuanta violencia. ¿Qué quieres?- al fin se sentó en la cama. Diablos, Vegas recién levantado, despeinado y con voz ronca, con el cuerpo desnudo, era atractivo.

-¿No se te olvidó algo anoche?- pregunto concentrandose de nuevo- Ya despierta bien-

-¿Qué es? Solo dime, no se que olvidé, solo se que te escuche gemir delicioso mi nombre varias veces- dijo mordiendo su labio inferior.

-Ve a la farmacia- la sonrisa de Vegas desaparecio.

-¿Otra vez?- preguntó.

-Si, otra vez- Pete soltó un suspiro- Solo ve a comprarla, recuerda... de emergencia. Mientras haré el desayuno para cuando regreses-

-Emergencia...Emergencia... que estúpido eres Vegas, debería tener mi dotación de condones otra vez- se vistió rápidamente para salir a buscar la píldora.

-Espero que esta si funcione- le dijo a Pete cuando regresó dejando la caja en la mesa de la cocina.

-Tiene que funcionar- respondió seguro. Macau era muy pequeño y ellos no están en las mejores condiciones de otro bebé. Sirvió la comida rápido, Vegas si tenia clases hoy así que no podía irse tarde.

Desayunaron en silencio pero Pete podía sentir la mirada al mínimo movimiento.

-Pete... fue increible- le dijo con voz suave.

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